Jueves 5 de diciembre de 2013, p. 8
Quince cintas de España, Venezuela, Francia, Italia, Cuba, Suecia y Japón compiten por ser la mejor en el 13 Festival Internacional de Cine de Marrakech.
Una que posiblemente vea la luz en cuanto a distribución en México es la venezolana Pelo malo, bonita historia de Mariana Rondón (quien ya exhibió en nuestro país su anterior trabajo Postales de Leningrado), sobre un niño de nueve años, hijo de una viuda desempleada, al que no le gusta su cabello rizado. A la mamá esa actitud le provoca una paranoia homofóbica, tema recurrente en parte de la sociedad venezolana.
Con esta película, Rondón ganó en San Sebastián, donde luego, por cierto, se suscitó una controversia luego de que un diario español tergiversó algunas declaraciones sobre la polarización política en su país, cuando Hugo Chávez era presidente.
Cine francés
Otra destacable es La Marche (La marcha), historia que se ubica en Francia, a inicios de los años 80. El país, lleno de crímenes raciales, el nacimiento de un movimiento originado por tres adolescentes y un cura de un suburbio de Lyon llaman a la paz contra el racismo, desde Marsella hasta París. Luego de mucha resistencia contagian a la gente para generar un movimiento nacional, que convoca a miles, quienes dan una nueva cara a su nación.
También continúan las proyecciones de cintas fuera de competencia, oportunidad para los marroquíes de ver otro cine que no es el de los blockbuster. Los cinéfilos asisten en gran número a las salas que presentan películas escandinavas.
Están desde las clásicas como La pasión de Juana de Arco, de Carl Theodor Dreyer, hasta las más actuales como La cacería de Thomas Vinterberg, que apenas se exhibió en México.
Gustosos de este encuentro, también han acudido a los lugares donde se ofrecen pláticas de reconocidos directores, como el francés Bruno Dumont.