Pese a que 90 por ciento de los mexicanos acepta que cree en Dios, ni la Iglesia, ni los sacerdotes, ni la Virgen, ni la fe han sido determinantes en su vida como católicos, señalan los primeros resultados de la Encuesta Nacional de Cultura y Práctica Religiosa Creer en México, realizada por el Instituto Mexicano de Doctrina Social Cristiana (Imdosoc).

La familia y los amigos son los que más influencia tienen en ese aspecto, según 63 por ciento de los consultados. Dios fue mencionado por 8 por ciento, los curas por 3 por ciento, la fe por 2 por ciento, la Iglesia y la Virgen por 1 por ciento, respectivamente.

El sondeo, realizado de forma presencial en todo el país del 24 de agosto al 26 de septiembre de este año y en el que se consultó a 4 mil 313 personas mayores de 18 años de edad, arrojó que la Iglesia católica, después de la Marina y el Ejército es la institución con mayores niveles de confianza y que dentro de ella son las monjas las mejor posicionadas en la opinión de los ciudadanos, por encima de los sacerdotes y de los obispos e incluso de los laicos de dicho credo. Las religiosas obtuvieron los mejores porcentajes de credibilidad respeto de los derechos humanos, honestidad, tolerancia, solidaridad, disciplina, orden y transparencia.

En autoritarismo y abusos sexuales, las religiosas también son las mejor percibidas, ya que sólo 23 por ciento las relaciona con autoritarismo y sólo 11 por ciento las liga con abusos sexuales. En cambio, 20 por ciento de los entrevistados relaciona a los curas con atropellos sexuales y 18 por ciento a los obispos; en cuanto a prácticas autoritarias, ambos obtuvieron 25 por ciento de menciones.

En conferencia de prensa María Luisa Aspe Armella y Eduardo Garza, presidenta y consejero del Imdosoc, respectivamente, así como Juan Azcárraga, de la encuestadora Ipsos Bimsa, coincidieron en señalar que los escándalos de pederastia clerical no se ven reflejados en una opinión negativa, debido a que la cresta de la ola ya pasó, señalaron en relación al tiempo transcurrido, y a que fue algo más que nada mediático, matizó Azcárraga.

Aspe Armella y Garza precisaron que el sondeo –del cual sólo se presentó una primera parte– expone dos retos fundamentales para la Iglesia católica: la dificultad para transmitir la fe a las nuevas generaciones y el hecho de que la fe se queda encerrada en los templos y no se convierte en acción solidaria, se da culto al culto, pero nada más, precisó Garza.

En tal sentido, lamentaron que no obstante que nueve de cada 10 encuestados dicen creer en Dios, la caridad cristiana traducida en acción social sea baja, pues sólo 39 por ciento ha realizado una acción concreta en beneficio de alguna persona que no sea su familiar, y apenas 28 y 15 por ciento ha donado en situaciones de desastre y a orfanatos o asilos.

Sobre los problemas para transmitir la fe católica a los jóvenes, Garza consideró que debe haber un discurso nuevo, que cimbre y Aspe precisó que debe haber nuevas narrativas para acercarse a los jóvenes, porque las fórmulas de antaño ya no surten efecto.