El dirigente del PAN, Gustavo Madero, pidió perdón por lo que hizo mal durante su gestión al frente de ese partido. En un mea culpa ante sus adversarios corderistas, asumió responsabilidad por las fallas y omisiones cometidas en más de tres años.

Al iniciar la sesión extraordinaria del fallido Consejo Nacional del blanquiazul, el panista chihuahuense presentó un informe de lo realizado durante su mandato. Recordó que su dirigencia enfrentó una de las coyunturas más complejas que ha vivido el partido en toda su historia: perder la Presidencia de la República sin perder el partido y seguir siendo al mismo tiempo fuerza transformadora y democratizadora del país.

El mensaje fue una evocación del espíritu democrático del PAN, ya fuera desde el gobierno o como oposición. Y asumió con vehemencia que ese partido ha cambiado, con sus principios humanistas, los tres ámbitos de gobierno.

Muchas veces hemos sido aplastados por fraudes electorales maquinados desde el poder. Pero también hemos sido derrotados en las urnas por nuestros propios errores, nuestras divisiones y nuestros yerros, sobre todo cuando nos contaminamos de aquello que combatimos y cuando reproducimos como oposición o como gobierno aquellas prácticas que denunciamos.

Entre los cambios que enunció en el interior del PAN –a lo largo de su mandato– destacó que por primera vez ejerceremos la democracia directa para la elección del presidente nacional, siendo totalmente congruentes con nuestro origen y vocación democrática. Hoy reconocemos que el poder es del militante.