Moscú, 27 de noviembre.

Con el pretexto de que se excedieron en el tamaño acordado –con quién y por cuánto, sigue siendo un misterio–, la marca francesa de lujo Louis Vuitton recibió este miércoles el enfático mensaje de proceder de inmediato a desmontar su polémico baúl gigante en la Plaza Roja de Moscú.

El Kremlin, según el vocero del presidente de Rusia, Dimitri Peskov, nada tiene en contra de ese baúl, pero es obvio que se les pasó la mano con las dimensiones.

Poco después el servicio de prensa de la tienda departamental de lujo GUM, el principal socio ruso de Louis Vuitton, difundió un comunicado de prensa, que en su parte medular afirma:

Al tomar en cuenta la opinión de parte de la sociedad, así como el hecho de que durante la construcción del pabellón se sobrepasaron todos los tamaños acordados, comunicamos a la oficina moscovita de Louis Vuitton que es indispensable comenzar de inmediato su desmontaje.

La alcaldía de Moscú, por voz de su titular de Cultura, Serguei Kapkov, informó que la capital de Rusia tiene muchos sitios donde podría ser reubicado. Es cuestión de hablarlo. La empresa debe tomar la decisión, precisó.

El 86 por ciento de los encuestados hoy por el canal de noticias Moskva-24 se pronunció por retirar el baúl de la Plaza Roja.

Por la noche de este miércoles aún podía verse el adefesio, pero desde este mediodía la sala de exhibición –una insultante publicidad en un lugar prohibido bajo protección de la Unesco, opinaron anoche muchos rusos– está acordonada y cuelgan carteles de: Prohibido el paso. Se realizan labores de desmontaje. Primero van a llevarse todo lo que está dentro, y al final, las paredes, suelo y techo.