Londres, 25 de noviembre.

La pareja que mantenía presuntamente como esclavas a tres mujeres en Reino Unido se mudó varias veces de domicilio en las décadas recientes, informa hoy el diario The Guardian.

La pareja, de nacionalidad india y tanzana, de 73 y 67 años, respectivamente, vivió en 13 diferentes domicilios en todo Londres y se estima que cada vez llevaron consigo a las mujeres. La última residencia que ocuparon en Peckford Place, en el sur de Londres, fue edificada en 2005.

Las dos víctimas de mayor edad, de 57 y 69 años, conocieron al hombre en una especie de secta política de orientación izquierdista y crearon algo semejante a una minicomuna. Se cree que la mujer de 30 años es hija del hombre con la mujer irlandesa de 57 años.

Las tres fueron liberadas el 25 de octubre con ayuda de una ONG de apoyo a mujeres y declararon haber vivido bajo un régimen de esclavitud moderna, con dependencia física y síquica, durante más de 30 años.

La mujer más joven mantenía al parecer contacto con un vecino, según informa hoy la prensa. El hombre, de 26 años, entregó al diario sensacionalista Mail on Sunday cartas de amor de la mujer en la que ella afirma estar atrapada como una mosca en la telaraña; habla de que sufre un tormento indecible y llama a sus captores monstruos que son absolutamente malignos y racistas. Hoy las cartas son publicadas también por The Guardian.

Según la novia del vecino, durante años recibieron más de 500 cartas en su buzón, también dirigidas a ella en tono amenazante. No avisaron a la policía porque pensaban que la mujer, llamada Rosie, tenía problemas y no querían causarle más.

Mientras tanto, en el país continúa el debate sobre la esclavitud moderna. La ministra del Interior, Theresa May, aseguró que diversas formas de trabajo forzado y esclavitud están visiblemente ocultas en la vida pública. May mencionó los centros de manicura, los restaurantes de comida rápida y los burdeles como lugares en los que se explota a la gente.

La Cámara de los Comunes quiere aprobar el año próximo una ley que prevé penas más duras para el tráfico de personas, inclusive cadena perpetua.