Jorge Martínez Zapata (1936-2013)
a madrugada del pasado 6 de septiembre, después de tres meses de lucha contra un tumor biliar, falleció el maestro Jorge Martínez Zapata, músico, pedagogo, escritor, traductor, investigador y promotor de la música en general y de nuestro jazz en particular. Murió tranquilamente en San Luis Potosí, en su cama, rodeado por su esposa, sus hijos y su leyenda.
Y aunque el maestro vivía y transitaba por múltiples coordenadas y facetas en estas tierras, su pasión fundamental –permítanme la obviedad– estuvo siempre encauzada hacia las espirales del jazz. Hoy, alojado en algún otro plano de esto que teólogos y científicos han dado por llamar el infinito, seguramente sostendrá esa mirada inteligente y sagaz y pícara y amable de toda la vida, improvisando un nuevo trazo en el eco del silencio.
Pionero y decano del jazz en San Luis Potosí, Jorge Martínez Zapata nació el 17 de mayo de 1936 en la capital del estado. Ahí realizó sus primeros estudios musicales, pero entre 1954 y 1965 radicó en la ciudad de México para estudiar piano con Pablo Castellanos, armonía y composición con Alfonso de Elías y análisis musical y técnicas de la música contemporánea con el mismísimo Rodolfo Halffter.
Iniciando la década de los 60, se sumergió en las posibilidades de fusión entre los códigos del son huasteco y el jazz, realizó sus primeros diseños y los grabó de manera artesanal. Poco después expandió los alcances de sus investigaciones y se adentró en los amplísimos terrenos del folclor musical mexicano (de los muchos Méxicos que es México) y sus posibilidades de interacción con la música contemporánea. En 1968, mientras trabajaba en el Instituto México-Americano de Intercambio Cultural de San Antonio, Texas, creó el concepto de Música Integral, el cual siguió trabajando hasta los últimos días mediante la amalgama de los sones mexicanos en general y el jazz.
Maestro en toda la extensión de la palabra, Martínez Zapata fue titular de la cátedra de Improvisación Jazzística en la Escuela Nacional de Música de la Universidad Nacional Autónoma de México, fue fundador y director del Centro Experimental de Artes Musicales en la Universidad de Guanajuato, fue fundador y director del Centro de Exploraciones Musicales en la Universidad Autónoma de San Luis Potosí y a inicios del nuevo milenio impartió cursos de improvisación para estudiantes avanzados en Guadalajara y Aguascalientes. Finalmente, en 2008, fungió como coordinador del departamento de jazz en el recién fundado Centro de las Artes del Estado.
Entre sus libros destacan los títulos: Razonamiento técnico de la invención musical espontánea, Armonía vocal tradicional (para el Sistema Nacional de Coros de Consejo Nacional para la Cultura y las Artes) y El lenguaje universal de la música, además de numerosas traducciones de libros técnicos relacionados con la improvisación jazzística y la composición musical, muchas de ellas inéditas.
Su primer disco, Buscando, contiene grabaciones en vivo en diferentes foros de San Luis; apareció en 1994 bajo la producción de Efraín Ochoa y Alberto Gutiérrez (este último decano de la radio jazzística en aquella ciudad). Buscando fue además el primer disco de jazz potosino que se editara en la historia. Jorge nos comentaba en su momento: Siempre he sido partidario de emplear la música mexicana en las cosas que hago de jazz; hay cosas que se prestan magníficamente para hacerlo; no únicamente lo de grandes compositores, sino también algunos temas campiranos y, sobre todo, los sones, vehículo importantísimo para presentar todo esto al público, sobre todo a un público nuevo, para que conozca esta música de una manera diferente
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Diez años después llegaron dos discos nuevos: Tanto tiempo y Persuasiva. En aquella ocasión me invitaron para presentar este álbum en el Instituto Potosino de Bellas Artes. En un disco aparecen temas de Monk, Evans, Corea, Shorter; en el otro, Martínez Zapata da rienda suelta a la mexicanidad rediseñada. Jorge declaraba entonces: “Después del primer disco, hice con mayor frecuencia estas fusiones de música mexicana y jazz. Le encontré otro sabor a la temática mexicana y le encontré –probablemente– el lado que más se presta para la improvisación. Una cosa interesante es que uno de estos dos discos es a piano solo. Tocar a piano solo siempre es muy especial, porque te rodea una atmósfera muy particular al ser tú solo el responsable de lo que se está haciendo; es una cosa total y absolutamente diferente a tocar en grupo”.
Una hora después de presentar estos discos, Jorge Martínez Zapata ofreció un memorable concierto al lado de Justo Almario, el célebre saxofonista colombiano, quien aparece en la historia como uno de los alumnos más avanzados de don Jorge. Parte de este concierto está incluido en el álbum doble San Luis Jazz.
Descanse en pazz.