Dos expertos se manifiestan convencidos de que es auténtico por su estilo, técnica y color
El cuadro Puesta de sol en Montmajour estaba escondido en el ático de un coleccionista noruego
Fue pintado en 1888 y descrito por el artista en una carta que envió a su hermano Theo, señalan
Es un paisaje del sur de Francia; se exhibirá un año a partir de este mes
Martes 10 de septiembre de 2013, p. 4
Amsterdam, 9 de septiembre.
Feliz hallazgo en Amsterdam: dos expertos del Museo Van Gogh descubrieron una nueva obra de Vincent Van Gogh.
Se trata de Puesta de sol en Montmajour, la cual se encontraba escondida
en el ático de un coleccionista noruego que compró en 1908 y heredó a su familia. Los especialistas están convencidos del estilo, la técnica, el color y una carta del pintor: datos que no dejan dudas de que la obra es auténtica.
El cuadro presenta un paisaje del pueblo de Montmajour, en el sur de Francia, con las ruinas de una abadía al fondo. El Museo Van Gogh destacó, durante la presentación, el interés del lienzo, pues data de la fase creativa más significativa del artista, por lo que partir del 24 de septiembre podrá verse esta pieza durante un año.
Louis Tilborgh y Teio Meedendorp, expertos del museo, explicaron que Van Gogh describió la obra en una carta dirigida a su hermano Theo, en la que dice que fue pintada el 4 de julio de 1888.
Los expertos del museo dijeron que fue autenticada por cartas, y por el estilo y materiales usados, y que han rastreado su origen.
Agregaron que esta pieza llevaba años escondida
en el ático del coleccionista noruego Christian Nicolai Mustad, quien pensaba que la pintura que compró, en 1908, era falsa. La familia Mustad dijo haber sido notificada sobre la posible falsificación de la obra o que había sido atribuida erróneamente a Van Gogh, durante las investigaciones.
Tensión entre sueño y resultado
Los expertos señalaron que los pigmentos de color del lienzo son idénticos a los utilizados por Van Gogh en otros de sus trabajos, y la propia tela y la capa de imprimación también encajan con las utilizadas por el artista en al menos otra obra más, por lo que aseguran que se trata de un cuadro auténtico del pintor holandés.
Sin embargo, ha costado llegar a esta conclusión: el lienzo fue entregado al museo en 1991 por sus propietarios de entonces, con el fin de que su autoría fuera analizada. Pero los expertos determinaron que no se trataba de un verdadero Van Gogh. Según el diario NRC Handeslblad, el cambio de opinión se debe ahora especialmente a la mejora en las tecnologías para la investigación.
Al parecer, Van Gogh lo pintó en los alrededores de Arlés en el verano de 1888, dos años antes de acabar con su vida. Allí creó algunas de sus obras más famosas, como Los girasoles, Barcas de pesca en la playa de Saintes-Maries o varias versiones del Puente de Langlois.
Zonsondergang bij Montmajour, por su título en francés, mide 93.3 centímetros de ancho por 73.3 de alto, es relativamente grande. Según el museo, el pintor se refirió al lienzo en dos cartas, en las que manifestaba su descontento con la pintura. No obstante, también dijo lo mismo de otros cuadros que con el tiempo se hicieron famosos, como La noche estrellada (1889) o Sembrador a la puesta de sol.
Además se señaló que el nuevo lienzo contiene fuertes y claras características de Van Gogh
, pero también aspectos más débiles y menos concordantes
. Van Gogh era muy exigente consigo mismo y a menudo opinaba que no había sabido finalizar bien su trabajo, señala el comunicado del museo, agregaron.
Pero la tensión entre sueño y resultado hace que esta obra sea muy atractiva
, explicaron los especialistas. Aquí podemos ver cómo trabajaba Van Gogh, cómo luchaba. Y eso forma parte del encanto de la obra
.
Axel Rueger, director del Museo Van Gogh, dijo: Lo que lo hace incluso más excepcional es que es una pintura de transición en su obra, y es más, una pintura grande de un periodo que es considerado por muchos la culminación de sus logros artísticos, su periodo en Arles
, por lo que consideró este suceso como una experiencia que pasa una vez en la vida, pues en la historia de nuestro museo jamás había habido un descubrimiento de este calibre
.
En 1890, el cuadro pertenecía a la colección de Theo Van Gogh, considerado el más íntimo confidente de su inestable hermano. Fue vendido en 1901 y en 1910 acabó en manos de un coleccionista noruego.
Se desconoce quién es el propietario actual. En vida, Van Gogh sólo logró vender un cuadro por 400 francos.