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El premier turco asegura que hay terroristas infiltrados en las manifestaciones

El proyecto urbanístico en el parque Gezi no se cancela pese a protestas: Erdogan

Vuelven miles a las calles en Estambul y Ankara para exigir la renuncia del gobernante

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Manifestación de repudio al premier turco Recep Tayyip Erdogan, en el centro de Ankara, ayer.Foto Reuters
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Simpatizantes del gobernante, que regresó anoche de una gira por el Magreb, acudieron al aeropuerto de Estambul a expresarle su solidaridadFoto Reuters
 
Periódico La Jornada
Viernes 7 de junio de 2013, p. 26

Estambul, 6 de junio.

El primer ministro de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, rechazó hoy la cancelación de un proyecto urbanístico en el parque Gezi de Estambul, a pesar de que este jueves se cumplieron siete días de protestas consecutivas con la participación de decenas de miles de personas, que una vez más resistieron la ofensiva policial.

Junto a la negativa de Erdogan de ceder frente a la demanda popular, la prensa local difundió la versión de que las manifestaciones han sido infiltradas por gente procedente de Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia y Grecia.

El periódico Zaman reportó que entre las pertenencias de los extranjeros había cartuchos de gas y petardos, así como un pasaporte diplomático griego, lo cual fue desmentido posteriormente. El diario islamita Yeni Akit presentó la captura como una evidencia de la injerencia desde el exterior.

Erdogan, miembro del islamita Partido Justicia y Desarrollo y en el poder desde 2003, afirmó más tarde desde Túnez –donde concluye hoy una gira por el norte de África– que grupos de terror han manipulado lo que comenzó como una campaña ambiental y confirmó que hay siete extranjeros entre los arrestados en los últimos días.

Entre los manifestantes hay extremistas, algunos implicados en terrorismo, dijo también Erdogan en alusión a una agrupación de extrema izquierda que en febrero revindicó un atentado contra la embajada de Estados Unidos. La acción del Partido-Frente Revolucionario de Liberación Popular fue obra de un individuo que hizo estallar explosivos que portaba en su cuerpo, cuando ingresó a la sección de visas, con saldo de dos muertos y varios heridos.

Tenemos a siete extranjeros implicados en los disturbios, seis de ellos han sido presentados ante el fiscal de la república y uno está arrestado, precisó el gobernante. A principios de esta semana Erdogan acusó al opositor y laico Partido Republicano del Pueblo.

En cuanto a las críticas de organizaciones culturales y ambientalistas sobre la tala de 12 árboles en el parque Gezi y la pérdida del patrimonio local, Erdogan sostuvo: lo que estamos haciendo es proteger los derechos de la mayoría y preservar la belleza de Estambul.

El proyecto urbanístico en el parque y la aledaña plaza Taksim es parte de un conjunto de obras que la administración impulsa en esta ciudad a orillas del estrecho del Bósforo, que separa a Asia de Europa. Además de un centro comercial y viviendas de lujo en el área verde, existe un plan para la construcción de un tercer puente sobre el cauce.

Erdogan minimizó desde el 29 de mayo el valor cultural del espacio ocupado por el parque y sugirió a quienes están preocupados que investiguen lo que ha habido antes ahí, en referencia a un cuartel militar del siglo XIX y un estadio de futbol en la década de los 20.

Miles se congregaron por la noche en la plaza Taksim para reiterar su rechazo a los planes oficiales, a la represión de las manifestaciones y a decisiones del gobierno de Erdogan que, consideran los opositores, van en contra de la privacidad de los ciudadanos, como la ley contra el aborto y la prohibición de las expresiones personales de aprecio entre las parejas.

La gente salió a las calles de Estambul y Ankara con tambores y pancartas, coreando principalmente un lema: ¡Erdogan, renuncia!. La policía volvió a enfrentarse con manifestantes que lanzaron piedras a los uniformados, quienes a su vez lanzaron gas lacrimógeno y chorros de agua.

Al volver por la noche de una gira por el Magreb, el mandatario fue recibido por unas tres mil personas en el aeropuerto internacional de Estambul para respaldar su gestión y restar importancia a las protestas.