Cultura
Ver día anteriorSábado 23 de febrero de 2013Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio

La titular de la Secretaría de Cultura capitalina adelanta sus líneas de trabajo

Lucía García Noriega promete privilegiar a la comunidad

Que la dependencia ya no funcione como instituto, ir al espacio público para multiplicar acciones y acercarnos a la personas, entre los objetivos

Buscaré que mi gestión sea multifacética

Foto
Lucía García Noriega durante la entrevista con La JornadaFoto Carlos Ramos Mamahua
 
Periódico La Jornada
Sábado 23 de febrero de 2013, p. 2

Dar a la Secretaría de Cultura del Gobierno del Distrito Federal una estructura que le permita funcionar con ese carácter y no como un instituto, como ha ocurrido en los 12 o 15 años recientes; hacer programas para que los capitalinos se apropien de los lugares públicos; campañas para acercar el libro a los lectores en la ciudad de México, y promover la enseñanza artística con tres nuevas fábricas de Artes y Oficios (Faros) en varios puntos de la capital, son algunas de las líneas de trabajo de Lucía García Noriega, nueva titular de la dependencia, quien asumió el cargo el pasado diciembre.

García Noriega, con amplia experiencia en distintos cargos públicos y privados relacionados con la cultura, subraya en entrevista que la prioridad de su gestión “sigue siendo la que marca Miguel Ángel Mancera (jefe de Gobierno): enlace con la comunidad y espacios comunitarios. El capital social del que habla, hace referencia a que la cultura es el motor del desarrollo, nosotros de alguna manera tenemos que ir al espacio público para multiplicar acciones, para realmente intentar tener el mayor acercamiento, captar el mayor número de personas sin dejar a un lado el apoyo a los espacios cerrados.

“Tenemos escuelas, museos, una gran oferta de archivos extraordinarios que son cerrados, como el Archivo Histórico de la Ciudad e México; tenemos varios espacios de teatro, algunos son nuestros.

Hay que estar en todo, es muy compleja la demanda y hay que ser muy claros en el uso de los recursos, y que éstos se multipliquen.

Presupuesto de $475 millones

La Secretaría de Cultura capitalina cuenta con un presupuesto para este año de 475 millones de pesos, de los cuales 300 millones se utilizan para el pago de nómina, el resto para mantener en operación los 24 espacios que dependen directamente de esa oficina, así como el desarrollo de actividades culturales.

“Los que estamos en el sector cultura –explica Lucía García Noriega– sabemos que no hay dinero que alcance”, aunque por el momento no se ha analizado la alternativa de abrirse a la colaboración con el sector privado.

Esa posibilidad no la he explorado aún, sería mentir si te dijera que he tenido ese tiempo. No, apenas estoy viendo lo que tenemos, cómo lo potenciamos y no parar los proyectos que existen y que se deben atender en lo inmediato, porque eso es urgente.

A corto plazo, uno de los trabajos principales de García Noriega es dar a la secretaría la estructura para que funcione como tal. Primero fue Instituto de Cultura, después se convirtió en secretaría, pero mantuvo la estructura de un instituto.

Yo digo que ese es un reto y le entro a hacer la estructura. ¿Podré? No lo sé, pero por lo menos lo intento, y en eso estoy, dándole estructura a un espacio que lo merece, porque la ciudad lo merece y porque necesitamos tener el armazón de una secretaría, con direcciones generales, subsecretarías, con la posibilidad en una palabra de crecer y encontrar los apoyos para ese crecimiento.

El proceso de estructuración va avanzado y ella estima que la secretaría estaría funcionando como tal en tres o cuatro meses.

Por lo pronto continúan los programas culturales. Uno de ellos es colocar pantallas en 17 espacios públicos, como la plaza de la Solidaridad, “para llevar teatro de niños, de adultos y cine. Son los estrenos en espacios cerrados que llevamos a la calle, en un esquema de ‘yo pongo el teatro, usted pone las sillas y las palomitas’, de tal manera que quienes no tiene recursos para pagar la butaca, no por ello dejan de tener acceso a las actividades culturales”.

Y así como se busca llevar el teatro a las personas, también existe otro plan para atacar al problema de los que desean leer pero no tienen dinero para comprar libros. Se trata del proyecto “Léelo, rólalo y dona un libro. En cajas en la calle, que la gente lo lea, lo role y done un libro y los que no lo tienen puedan tomarlo o llevarlo a las zonas donde sé que no hay manera, no hay librerías, no hay recursos, que están en otras condiciones, a veces con necesidades de lo más esencial, y no nada más la feria del libro.

Ahora tengo que llevar el libro porque la promoción de la lectura implica que no pueden comprarlo, ya hay evidencias que nos permiten trabajar de otra manera y que necesitamos tomar el toro por los cuernos. No es falta de interés en la lectura, no es que ese hábito esté bajando, es que de alguna forma tenemos que prestar el libro.

En cuanto a la atención a la enseñanza, se tiene en puerta la creación de tres nuevos faros: uno en la delegación Gustavo A. Madero, en lo que fue el cine Corregidora; otro en Azcapotzalco, en un terreno que ofrece la comunidad, y el otro en lo que fue el hotel Posada del Sol, en la colonia Doctores, que nunca se inauguró.

También me encantaría llevar la Filarmónica de la Ciudad de México por toda la urbe; es un reto, es complejo, pero es lo que me gustaría, que la orquesta sea accesible a todos.

Lucía García Noriega busca con estos y otros proyectos que su gestión sea efectivamente multifacética, pero que no pierda de vista el objetivo y el enfoque de dirigirlo a los menos favorecidos, llevar lo máximo, lo mejor, lo de más calidad a los muchos, no cositas chafas.