Madrid, 1° de noviembre. Tres mujeres de entre 17 y 20 años murieron aplastadas y otras dos resultaron gravemente heridas la madrugada de este jueves, al producirse una avalancha humana en una multitudinaria fiesta de Halloween a la que asistían miles de personas en el deportivo Madrid Arena, de esta capital.

Un vocero de la policía informó que la tragedia probablemente se originó por el lanzamiento de bengalas o petardos adentro del recinto, lo que pudo haber desatado el pánico entre los asistentes y, al confundirlos con disparos de armas de fuego, se asustaron.

La avalancha tuvo lugar en uno de los pasillos de acceso a la pista central del local, donde miles de jóvenes, muchos disfrazados para la ocasión, bailaban al ritmo de la música electrónica en una fiesta de temática terrorífica denominada Thriller music park.

La empresa organizadora, Diviertt SL, y el ayuntamiento –que definió lo ocurrido como un agolpamiento– también señalaron como causa de la tragedia el lanzamiento de un petardo o una bengala.

Algunos de los testigos denunciaron que muchas de las salidas del local estaban cerradas y que el número de personas en la fiesta superaba lo permitido. Había un tapón humano en la única salida que tienen, porque las demás estaban cerradas con precintos, aseguró Sandra, –una de las jóvenes que asistieron a la fiesta– a la Cadena Ser.

Cristina Cárdenas, de 18 años, quien también fue a la fiesta, aseguró a El País que dentro del Madrid Arena la sensación era agobiante (...) la gente vomitaba dentro, se desmayaba; era un caos.

Sin embargo, la empresa municipal Madrid Espacios y Congresos, que alquiló las instalaciones a Diviertt para realizar la fiesta, aseguró en un comunicado que no hubo ningún problema con las salidas del recinto.

Indicó que según los organizadores, no hubo exceso de aforo al recinto, dado que se vendieron 9 mil 650 entradas y el Madrid Arena tiene capacidad para 12 mil personas.

El vicealcalde de Madrid, Miguel Ángel Villanueva, dijo que la mayoría de los jóvenes que asistieron al acto no se enteraron de lo ocurrido, dado que la policía decidió que la fiesta debía continuar con normalidad para evitar que el pánico se propagara mientras se procedía a evacuar el lugar.

El ayuntamiento de Madrid decretó una jornada de luto para el viernes, día en que todas las banderas de la ciudad ondearán a media asta.