Otra perspectiva
as ideas no tienen propietario, son en sí mismas ‘universales’. No pretendo ningún tipo de crédito sino que mi satisfacción es estar en comunicación con ese insólito espacio y que algo de lo aprendido pueda servir a otros”, dice un lector que omite su nombre y expone en un correo:
“El cristianismo es un asunto de fe. La ortodoxia afirma que la fe en Dios, creer que Dios existe y que se relaciona con los hombres, a quienes llama creaturas de Dios, es una gracia que Éste otorga o bien no otorga, pues se dice que Dios es libérrimo. La consideración de la muerte en sí misma tiene que hacerse desde la fe. La razón sola no alcanza a comprenderla, pues, como dice Unamuno en El sentido trágico de la vida: ‘Con la razón sólo puedo pensar que así como antes de nacer yo no era, al morir volveré a ese estado de no ser’.
“Se dice que Dios es el creador de cuanto existe y que da la vida y la quita, y el catecismo indica: ‘Nada hay más cierto que la muerte ni más incierto que la hora y el lugar de la muerte’. El cristianismo afirma que Cristo es Dios, que se hizo hombre en un lugar y época determinados y que lo hizo para salvarnos del pecado mediante su pasión y muerte aceptadas libremente. Pero el cristianismo tiene su origen en la religión judía y está fuertemente influido, si no es que determinado, por dicha religión.
“La creencia en espíritus benignos y malignos es anterior al cristianismo y se encuentra entre las convicciones más añejas de la humanidad. ‘Diablo’ no es concepto original sino un helenismo: Dia Bolos, lanzar alrededor, distraer. El concepto de los judíos es Ha-Satan, ‘el opositor’, o sea nuestro Satanás. Y es lógico que los sometidos judíos pensaran que había un opositor: ¡el romano!, y que por ende buscaran un ‘salvador’: Ie-Yoshua. Ese concepto de ‘salvador’ no sólo era religioso, sino social o civil, y era también ‘un rey’, en hebreo mesías y en griego ungido: jristós.
“Separado el cristianismo del judaísmo el concepto de ‘rey salvador’ tiene que alejarse del contexto físico-social para hacerse más ‘espiritual’, y Dios que había elegido a un pueblo y había inspirado las escrituras, ahora se encarna en hombre y predica la salvación o buena nueva y luego voluntariamente se somete a su pasión y muerte en la cruz para salvar a toda la humanidad del dominio del mal. Esto es la redención, el significado de la muerte en el cristianismo, pero ese significado va más allá…”