El coordinador de los senadores del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Manlio Fabio Beltrones Rivera, aseguró que la reforma política –que pronto debe comenzar a operar– hará que en el futuro ningún presidente tenga que pasar por ese bochorno, ese estado tan inconveniente de haber entrado por la puerta de atrás a San Lázaro, como ocurrió en 2006.

Aclaró que no es el caso del priísta Enrique Peña Nieto, ya que la contundencia de la elección del pasado primero de julio, en la que 19 millones de mexicanos le dieron el triunfo, permitirá que no haya problemas para que rinda protesta ante el Congreso de la Unión.

Hizo notar que en sus ya casi seis años de gobierno, Felipe Calderón nunca pudo ingresar a la sede del Poder Legislativo, y detalló que una de las lecciones que dejó  la elección de 2006 es que los legisladores no podían dejar al garete un procedimiento protocolario de protestar y hacer cumplir la Constitución, después de haber sido electo presidente de la República.

Con la reforma política, insistió el político sonorense, en el futuro los mandatarios electos podrán protestar el cumplimiento de la Constitución ante el Congreso, las mesas directivas de ambas cámaras, la Comisión Permanente o ante el presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), en el lugar que así se señale.

Beltrones insistió en que se trata de modificaciones sustanciales a la Constitución para modernizar el sistema presidencial. Con la reforma se superó el voluntarismo, ya que nada podía suceder sin la voluntad del presidente de la República.

Se superó también, agregó, otro dogma: Que el presidente es inmortal, y se establecieron mecanismos para sustituirlo si va a una sala de operaciones o tiene  que rehabilitarse.

Finalmente, Beltrones aseguró que la próxima legislatura (62) retomará  los pendientes de la reforma política, como la revocación de mandato o la relección de legisladores.