Número 191
Jueves 7 de Junio
de 2012
Director fundador
CARLOS PAYAN VELVER
Directora general
CARMEN LIRA SAADE
Director:
Alejandro Brito Lemus
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¿Para qué jugársela?
La importancia del apego al tratamiento
Según datos del Centro Nacional para la Prevención y Control del VIH/sida, 30 por ciento de las personas con VIH en México toman un tratamiento antirretroviral y alrededor de 14 por ciento aún no necesita medicamentos. |
Gerardo Suárez López
La salud de Luis Adrián mejoró en tres meses con el tratamiento contra el Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH). Aún tenía una cantidad muy pequeña del virus (carga viral indetectable) pero creyó estar totalmente sano. "Me sentí Superman y suspendí el tratamiento. El médico no fue claro, yo no pregunté y asumí que carga viral indetectable significaba que yo estaba curado".
Luis Adrián volvió poco después al hospital. Tenía fiebre y una infección oportunista desprendía la retina de su ojo izquierdo y le provocaba visión borrosa. Estudios confirmaron una infección por citomegalovirus. La enfermedad cobró la vista de su ojo izquierdo pero fue controlada antes de perder la visión de ambos.
Las infecciones oportunistas (IO) aún generan muchas hospitalizaciones y decesos de personas en fases avanzadas de la infección por VIH, aunque existan medios efectivos para evitarlos, como la detección temprana del virus, el inicio oportuno de tratamiento antirretroviral y el apego a éste último, explicó el médico especialista en VIH/sida, Florentino Badial Hernández.
Las IO aprovechan sistemas inmunológicos deteriorados para desarrollarse. En el caso del VIH este virus destruye los linfocitos CD4, células que participan en el control de microorganismos que habitan en el cuerpo o que captamos del ambiente. A menor número de células CD4 en la sangre, mayores riesgos de infecciones.
Pero quienes viven con VIH suelen ser diagnosticados con niveles de defensas muy bajos, de acuerdo con Badial Hernández, doctor de la Clínica Especializada Condesa de la ciudad de México, institución de salud pública donde 60 por ciento de las personas que ingresan para atenderse contra el virus, tienen niveles inferiores a 350 CD4, cifra estipulada en el país para iniciar tratamiento de forma inmediata.
Cualquier infección es peligrosa
Vivir con VIH es un factor de riesgo para desarrollar enfermedades oportunistas. Hay más de 20, entre ellas infecciones por diferentes microorganismos, además de padecimientos cancerosos como linfomas, sarcoma de Kaposi y cáncer cervicouterino.
Las infecciones son los problemas de tipo oportunista más frecuentes. Algunas causan males aparentemente sencillos de atender como diarreas, herpes y candidiasis, pero en personas con VIH no hay una IO más peligrosa que otra. La vida puede estar en riesgo indistintamente. Lo más grave es "dejar que las defensas bajen tanto que cualquiera de estas infecciones se conviertan en muy peligrosas", sostuvo Florentino Badial.
Hay agentes oportunistas que atacan a los pulmones y provocan neumonías como la tuberculosis, causada por la bacteria Mycobacterium, que en personas con sistemas inmunes dañados es capaz de diseminarse a prácticamente cualquier órgano.
La histoplasmosis y la neumocistosis, causadas por los hongos histoplasma capsulatum y pneumocystis jirovecii, atacan también a los pulmones. El agente de la neumocistosis vive en el organismo de cualquier persona. El hongo causante de la histoplasmosis se halla en sitios húmedos. Este hongo puede diseminarse al sistema linfático, hígado y bazo.
Otras IO difíciles de atender atacan especialmente el cerebro como la toxoplasmosis cerebral y la meningitis criptocócica, originadas por el parásito toxoplasma gondii y el hongo criptococcus neoformans, respectivamente. El toxoplasma habita en el organismo de muchos individuos mientras que el criptococo entra al cuerpo por vía respiratoria al contacto con tierra y heces de aves donde está presente.
Los ojos pueden ser afectados por el citomegalovirus (CMV), que provoca retinitis, desprendimiento de retina y hasta pérdida de visión en uno o ambos ojos. El CMV también afecta al esófago, hígado y otros órganos.
Aunque se advierte que por debajo de conteos de 200 CD4 la aparición de IO es muy probable, dichos niveles no son indicadores absolutos, pues según el especialista, varias enfermedades pueden surgir por encima de este rango como la tuberculosis, el cáncer cervicouterino y el sarcoma de Kaposi.
Recomendaciones y retos
Según el doctor Badial, el gran reto en México es lograr una cultura de practicarse la prueba de detección de VIH periódicamente. De los 225 mil mexicanos que se calcula tienen VIH, 57 por ciento no lo sabe, de acuerdo con datos del Centro Nacional de Prevención y Control del VIH/sida.
El otro reto es alcanzar una mayor vinculación de las personas con VIH a servicios de salud especializados y hacer que inicien tratamiento y se apeguen a éste de forma casi perfecta.
Al respecto, Luis Adrián Quiroz Castillo, defensor de los derechos de las personas que viven con VIH, resaltó la necesidad de hacer un buen equipo con un especialista para seguir sus recomendaciones y poder responder a tiempo frente a eventuales síntomas adversos de los medicamentos, factor que influye en el desapego a su ingesta.
El desbasto de medicamentos es una lucha adicional contra el desapego al tratamiento. La denuncia, que puede ser anónima, es necesaria para garantizar la toma de medicamentos y mantener niveles indetectables de VIH, afirmó el activista.
Aprender a tiempo
No hay que padecer una infección oportunista para entender la importancia de apegarse a un tratamiento contra VIH, aseguró Badial, pues curiosamente quienes han tenido una IO presentan mejor apego que quienes no.
Luis Adrián Quiroz, después del citomegalovirus, se mantuvo 10 años con un mismo esquema, "y ahora llevo cuatro años con el segundo; eso significa que sí se puede lograr el apego. Aunque me sienta mejor, los medicamentos se tomarán toda la vida y hay que tomarlos adecuadamente para garantizar calidad y cantidad de vida. ¿Para qué jugársela?".
SU B I R |
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