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Carla Morrison, plato fuerte de la velada; actuaron Andrea Echeverri y Camila Moreno

Un llamado por la paz fue el hilo conductor en el cierre de la FIM

La chilena regaló flores amarradas con listones que contenían frases de sus canciones

Está mal dejar que tus hijos empuñen un arma o les disparen: la ex integrante de Los Aterciopelados

Enviado
Periódico La Jornada
Martes 5 de junio de 2012, p. 9

Guadalajara, 4 de junio. Con el concierto de la mexicana Carla Morrison, la colombiana Andrea Echeverri y la chilena Camila Moreno concluyeron las actividades la segunda Feria Internacional de la Música (FIM) en esta capital tapatía.

Fue una jornada irregular, por momentos extrema musicalmente hablando, y con un calor terrible en el teatro Diana, que por primera vez lució repleto; el hilo conductor fue un llamado en contra de la violencia en Latinoamérica.

Inició el espectáculo Camila Moreno, quien adquirió notoriedad en Chile con su álbum Almismo tiempo, que contiene la canción crítica Millones. Con su intensa voz y su sonido emparentado directamente con el más puro estilo folk, deleitó con un racimo de canciones como Antes que, Reverso, 123 , Incendié, De la Tierra, Lo cierto, Siempre que hago algo y Cae y calle, los cuales están contenidos en el disco mencionado, así como su nueva producción Opmeitomsimla, que a decir de ella es el lado B de la primera, cosa que tiene lógica cuando se descubre que es el mismo título leído al revés.

El punto más alto de su actuación fue cuando, antes de dejar el escenario, tomó algunos racimos de flores atados con listones que contenían extractos de sus canciones los cuales arrojó a su público, el cual le agradeció con fruición.

Remembranza nacional

Por momentos, en dos ocasiones para ser precisos, la textura de su voz remitió irremediablemente a Ximena Sariñana.

En un momento Camila dijo: “Cuando hice la canción Millonarios, que criticaba a las trasnacionales de mi país, todos me pidieron temas que reflejaran los problemas de Chile, pero no era natural, y no me sentía cómoda, así que hice otro disco más orgánico, pero que contiene una declaración en contra de la violencia hacia la naturaleza y a mujer”.

En segundo lugar, Andrea Echeverri presentó una propuesta musical desternillada/alocada, que, sumada a los problemas técnicos que padeció en todo el concierto, daba la impresión de que en cualquier momento arrojaría la toalla y se iría a los camerinos. Pero afortunadamente para los seguidores de la vocalista de Los Aterciopelados, que eran nutridos, Echeverri tocó temas de su paso por esa banda y de su actual etapa de solista.

Se quejó de los rayos que provenían de la mala ecualización, que hacían tronar las bocinas, y en repetidas ocasiones pidió que las repararan; sin embargo, el pedimento no fue cumplido a cabalidad.

La presentación de Echeverri tardó en despegar. Abrió con Érase una vez, Quita pesares, Mamitas y Ataque de risa, pero cuando llegó Yo puso a todos a saltar en el teatro. Para ese momento todos estaban más preocupados por el calor que por la actuación de la colombiana.

A pesar de todo –la mala ecualización, la temperatura y el mal tino en las canciones–, Echeverri se sobrepuso con el tema Yo, y puso a brincotear. En ese momento subió aún más el mercurio del termómetro. Dijo: La guerra está muy mal. ¿Cómo dejar que tus hijos empuñen un arma o, peor aún, que les disparen? Eso de la guerra y la violencia está muy mal.

También cantó Baracunatana y Rompe, para cerrar con El estuche, pieza en que la acompañó la chilena Camila Moreno. La dupla fue ovacionada por el respetable, pero cuando llegó Carla Morrison todo adquirió otra dimensión de gozo.

Aunque fue la última en salir al escenario, se convirtió en el platillo principal de la velada de clausura. Carla hizo las delicias de los cuatro mil asistentes.

Temas como Soledad, Una salida, Falta de respeto y Llorar, así como su mega éxito para jóvenes en la edad del pavo, Compartir. A tono con sus colegas, expresó: ¡No más sangre en nuestro país (...) queremos paz!, antes de arrancarse con la rola No te quiero perder.