Roma, 19 de mayo. Una bomba estalló este sábado en un liceo de Brindisi, sureste de Italia, que mató a una alumna de 16 años e hirió de gravedad a otras cinco, ataque que no fue reivindicado por ningún grupo y que suscitó manifestaciones de repudio en Roma, Nápoles, Milán y Bolonia.

La explosión se produjo en las primeras horas de este sábado, cuando los estudiantes entraban al liceo profesional Morvillo-Falcone, que lleva el nombre del juez antimafia Giovanni Falcone y de su esposa Francesca Morvillo, muertos hace 20 años en un atentado de la mafia siciliana.

Melissa, alumna de 16 años, hija única de un obrero, falleció a causa de las heridas. Una compañera de la misma edad, Verónica, fue sometida a una operación de tórax y se encuentra muy grave. Otras cuatro jóvenes estaban lesionadas de gravedad. Tres padecen quemaduras y la cuarta lesiones en las piernas.

Según las primeras informaciones, era un artefacto casero que fue escondido entre mochilas colocadas junto al liceo y fue activado a control remoto.

La escuela, que tiene unos 600 alumnos, la mayoría mujeres, ofrece formación para trabajos relacionados con la moda.

El atentado, inusitado en Italia dado el blanco, provocó indignación en todo el país, que se expresó en numerosas manifestaciones en ciudades como Roma, Nápoles, Milán y Bolonia.

Quien cometió este gesto mató a Italia, no sólo a Brindisi, declaró el alcalde de esa ciudad, Mimmo Consales, ante miles de estudiantes, sindicalistas y habitantes de la región de Apulia reunidos en la plaza principal.

Ante el panteón de Roma se manifestaron casi un millar de personas.

El presidente de la república, Giorgio Napolitano, pidió vigilancia y firmeza máxima contra todo foco de violencia terrorista.

En un primer momento la hipótesis que se manejó fue la pista mafiosa, dado el nombre del liceo, que homenajea al juez antimafia Giovanni Falcone y a su mujer, ultimados el 23 de mayo de 1992. Una caravana de la legalidad debía pasar por Brindisi este fin de semana para celebrar el aniversario.

También se especuló que pudo haber sido obra de la mafia local de Apulia, la Sacra Corona Unita, pero el jefe de la fiscalía, Cataldo Motta, lo descartó.

La ministra del Interior, Annamaria Cancellieri, destacó un modus operandi inusual y anomalías, como el artefacto utilizado y el blanco.

Algunos medios hablaron de la posibilidad de que el autor sea un desequilibrado o que se trate de una venganza.

El jefe del gobierno italiano, Mario Monti, quien participa en la cumbre del G-8 en Campo David, Estados Unidos, calificó la acción de acto trágico, criminal y sin precedente, y ordenó que las banderas ondeen a media asta durante tres días.