El tema de la cadena nacional volvió al debate del debate. Mientras el PRI se manifestó en contra, el PRD insiste en que esa difusión es la única forma de garantizar que todos los ciudadanos que quieran ver el segundo encuentro entre candidatos a la Presidencia de la República tengan acceso al mismo.

Si no hay cadena nacional, ¿cómo se va a garantizar el derecho de los ciudadanos a estar informados para elaborar un voto razonado?, advirtió Jaime Cárdenas, representante de la coalición de partidos de izquierda, en la mesa para la organización del debate.

En su opinión, este tema será nuevamente central hacia el debate del 10 de junio, porque en lo que se refiere al formato, las diferencias serían menores.

Por lo pronto, los partidos que postulan a Andrés Manuel López Obrador manifestaron su acuerdo, en lo general, acerca del plan que en la víspera les propuso el Instituto Federal Electoral.

Lo único que pedimos es más tiempo para la participación inicial (está previsto minuto y medio por candidato) y también para la salida. Para los bloques propusimos tiempo fijo. En todo lo demás estuvimos de acuerdo: micrófono abierto, cámara móvil, en la mesa redonda o poligonal, como el esquema chileno, en el intercambio de preguntas y respuestas entre los candidatos, pero nuestra propuesta de cadena nacional generó muchas reacciones, dijo Cárdenas, también diputado por el Partido del Trabajo.

El PRI y Nueva Alianza se manifestaron en contra de esta alternativa, con el argumento de que ya hay un resolutivo del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación en el sentido de que esta modalidad atentaría contra las libertades constitucionales.

Por otra parte, el PRD insiste en que les entreguen un informe pormenorizado de cuántos ciudadanos tuvieron acceso al primer debate, celebrado el pasado 6 de mayo.

El presidente de la comisión temporal de debates, Sergio García Ramírez, llevará nuevamente la solicitud de la cadena nacional al Consejo General del IFE; destacó que el objetivo es construir un acuerdo entre todos los partidos políticos y no imponer decisiones.

Comentó que el costo del segundo debate organizado por el IFE será aproximado al primero (poco más de 4 millones de pesos) y, como se informó ayer, los ajustes al formato excluyen los puntos polémicos como las tomas fijas y, por supuesto, a la edecán.

Los consejeros analizan los formatos de debates entre candidatos presidenciales en otros países, con el fin de tomar propuestas pero diseñar un formato mexicano.

Todos quieren (un formato más ágil) y es lo que vamos a procurar, sin generar conflictos y procurando allanarlos, acercar posiciones, expresó García Ramírez.

Además del tema de la cadena nacional, otro punto a debatir es qué instancia se encargará de la producción del encuentro y quién hará el trabajo de supervisión o contraloría, para que todo mundo quede tranquilo y satisfecho de la equidad y de los buenos términos del debate, a realizarse en Guadalajara, Jalisco.