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El único sindicato panista se voltea contra Josefina
Sospechosismo en la multa cancelada a Telcel
El agujero en Pemex
Tres tristes privatizadores
Petróleo: objetivo electoral
Rentabilidad despilfarrada
El entorno supuesto de Mancera
Dos tribus al acecho
Una agenda atrapada
Feromonas en una camiseta
Big band de la Escuela Superior de Música, ¿quién les pagará el viaje?
l pasado martes, en el contexto de una conferencia de prensa, el titular de la Secretaría de Economía, Bruno Ferrari, criticó que el país deba destinar anualmente 5 mil 400 millones de dólares por intereses para el pago de una deuda externa contratada por políticos ladrones
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Gracias, Paul McCartney, por dar ánimo
e nuevo, la vida nos dio la oportunidad de estar presentes en un suceso histórico.
n estos días sucedieron avances espectaculares y profundos en la lucha de Los Mineros de México. El miércoles 2 de mayo la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) resolvió en forma definitiva que la Secretaría del Trabajo entregue el reconocimiento oficial, o toma de nota, al sindicato minero, y a mí como su líder nacional, en tanto que el 24 de abril el magistrado del primer tribunal unitario en materia penal había determinado que la última de las 11 acusaciones que falsamente se me habían fincado quedó sin efecto por ser violatoria de la Constitución, lo mismo que las 10 anteriores que ya estaban canceladas, las cuales fueron la estrategia central de la persecución política y los abusos de poder en mi contra y de Los Mineros.
media semana, el contradebate se había convertido en una estela de frivolidad que de nuevo anuló los temas sustantivos de la agenda. Más allá de si mi candidato ganó puntos y los demás los perdieron, si sus golpes fueron eficaces para romper la inasible monotonía del puntero
–y descontando el fraude del aspirante que se hace pasar por ciudadano, a cuenta de Elba Esther Gordillo (todo ello muy importante)–, lo cierto es que el ejercicio democrático del domingo, con las limitaciones de formato y demás, terminó sin reflejar la realidad del país, la intensidad de los problemas que tenemos por delante ni asumió el sentido de urgencia que debía convocarnos a votar el primero de julio.
ocos actos de campaña han sido tan escrupulosamente preparados como el debate del 6 de mayo. Durante semanas los representantes de los candidatos discutieron los términos del encuentro, negociaron, definieron las preguntas, el movimiento de cámaras, el sentido de las tomas, quisieron prever hasta lo imprevisible. Y, por donde menos se espera, salta la conejita.
or extraño que les parezca a mis lectores cito de Aguilar Camín (8/05/12) una oración que me parece la mejor síntesis del significado de Gabriel Quadri: Me fastidia pensar que lo más parecido a un candidato independiente en estas elecciones, ha sido el más dependiente de todos.
sta expresión se ha puesto de moda. La emplean incluso los marineros en tierra, con los que Rafael Alberti se identificaba, cuando sueñan con ser almirantes de navío y confían en conjurar así el naufragio. En semanas recientes, desde mediados de abril, pareció configurarse una maniobra de esta naturaleza en un ámbito distante del oceánico pero no menos proceloso, para usar el calificativo más obvio: el de las políticas macroeconómicas globales. Pareciera que la agudización de la crisis en España –que al tiempo que tiene que lidiar con la mayor desocupación en Europa y cae de nuevo en la recesión, debe volver a pagar primas de riesgo descomunales para la colocación de sus bonos públicos– fue el disparador de una serie de declaraciones y propuestas de acción para, mediante un golpe de timón, cambiar un rumbo que apunta sólo a la espiral acumulativa de austeridad, desempleo y contracción económica, caída de ingresos públicos, más déficit y mayor austeridad, en sucesión interminable. Los anuncios de cambio de rumbo sonaban poco convincentes, excepto los provenientes de círculos académicos, de coloquios de líderes en retiro, marcados por las saudades y de ciertas páginas de opinión. Los originados en organismos financieros y en gobiernos en funciones sugerían la adopción de nuevas prioridades, pero sin abandonar las prevalecientes; mostraban cierta alarma, sin olvidar por completo la complacencia y no traslucían el sentido de urgencia que, dadas las circunstancias, debía caracterizarlos. Todo esto hasta el 6 de mayo, cuando los electores de Francia y Grecia decidieron dar ellos mismos el verdadero golpe de timón.
urante 2011 hubo en Europa dos tipos de cambios de gobierno: la sustitución de autoridades gubernamentales independientemente de la opinión de los electores en dos países afectados intensamente por la crisis de deuda soberana, Grecia e Italia, y la sustitución de gobiernos electos en procesos democráticos, como en España. En ambos casos, pese a su enorme diferencia de origen, quienes arribaron al control del aparato gubernamental se propusieron instrumentar las políticas que demandaban los grandes capitales financieros internacionales, particularmente los alemanes.
a elección de Francois Hollande a la presidencia de la influyente Francia pareciera condensar el rechazo de los europeos a las feroces políticas de austeridad del dúo Mercozy con las que el inminente inquilino del Elíseo ha discrepado. Su promesa de crecer, crear empleos y cobrar altos impuestos a los ricos es contraria al camino seguido hasta ahora por el eje germano-francés como también el compromiso de retirar este año las tropas francesas de Afganistán. La proyección de Hollande, aunque no sea el cambio social, sintoniza con la tajante inconformidad hacia aquellas políticas y con parte de las demandas del 15M (o indignados) de España y otros países europeos expresadas en una larga cadena de protestas populares y huelgas –como en Grecia, Italia, y de nuevo España y Francia– que han tenido ya alentadoras repercusiones al otro lado del Atlántico en Ocupa Wall Street. Debe reconocerse la influencia en ellas de los legítimos movimientos populares árabes de 2011 por más lascas que de su irrupción hayan sacado el imperialismo y las monarquías árabes contrarrevolucionarias.
on este malicioso y equívoco título Ximena Escalante escribió una obra laberíntica en donde magia, teatro, realidad y fantasía se mezclan en una trama en apariencia sencilla. Como ya se ha publicado en diferentes diarios, incluida La Jornada, a la muerte de Christopher Marlowe en una de sus muchas riñas de taberna su amante varón se da a la búsqueda de Shakespeare para cumplir la última voluntad del difunto de llevar al bardo rival las últimas escenas que escribiera, con el fin de que con ellas componga una obra maestra. El muchacho llega a la casa de Shakespeare, quien no está, y entrega a su amante femenina el manuscrito, con la encomienda de que se las haga llegar al dramaturgo. El recorrido de la analfabeta mujer (como solían serlo las féminas de la época) en busca de su amado y los personajes con los que se topa, conforman este texto que muy bien podría ser un homenaje al teatro. La amante, a la que la autora no dota de nombre –lo mismo que a los demás personajes excepto el propio Shakespeare– se topa con la esposa de su amante, con una bruja encantadora y su séquito, con un autor sin talento, un oso y una niña peculiar. La escena en que dialogan amante y esposa es una que reviste realismo y que aporta las razones de ambas, con lo que muy bien podría remontarse a nuestro siglo.