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Inquietud socialista al bajar en las encuestas Hollande, segundo en la intención de voto

Crece en Francia la ola popular en favor de Mélenchon, del Frente de Izquierda

Investigan si dinero de Bettencourt defraudado al fisco sirvió a la campaña de Sarkozy en 2007

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Jean-Luc Mélenchon, candidato a la presidencia de Francia por el Frente de Izquierda, en reunión de trabajo ayer en la ciudad de LilleFoto Reuters
Especial para La Jornada
Periódico La Jornada
Viernes 30 de marzo de 2012, p. 35

París, 29 de marzo. Con un multitudinario mitin en la ciudad norteña de Lille, baluarte del Partido Socialista (PS), cuya alcaldesa es Martine Aubry, principal responsable del partido, Jean-Luc Mélenchon y el Frente de Izquierda han regresado a las primeras planas de los periódicos. La ola popular sigue creciendo y empieza a preocupar a Francois Hollande.

El tono ha cambiado entre Jean-Luc Mélenchon y los socialistas. El comentario de un diputado del PS, afirmando que existe un acuerdo entre las dos organizaciones para que el frente de izquierda pueda tener algunos diputados, provocó una respuesta contundente de Mélenchon. Tachando al diputado de mentiroso, dijo que la ambición del frente de izquierda no son escaños, sino construir la revolución ciudadana y exigió a los socialistas respeto a la masa del Frente de Izquierda que no es para venderse.

Aunque los trágicos acontecimientos de Toulouse parecen no haber interferido mucho en las intenciones de voto de los franceses en la primera vuelta, Francois Hollande bajó, según el último sondeo (de los que siempre hay que cuidarse) de la empresa CSA, dos puntos a 26 por ciento, precedido por Nicolas Sarkozy con 30 por ciento. Cierta inquietud está penetrando las filas socialistas. Hasta los últimos días, el candidato del Frente de Izquierda no había amenazado realmente la base electoral del PS. Se empezaba a ganar simpatías entre los resignados que pensaban abstenerse de votar y los indignados que, incluso, pregonaban la abstención.

Además, dirigentes históricos del nuevo partido anticapitalista (NPA, ex LCR) hicieron, hace unos días, un llamado para unirse al Frente de Izquierda. Pero hoy, han llegado los cuestionamientos dentro del mismo PS. Algunos militantes del partido de la corriente Montebourg (que obtuvo 6 por ciento en la contienda para designar al candidato socialista) siguen distribuyendo volantes en pro de Hollande, pero ya no esconden sus dudas y no descartan votar por el Frente de Izquierda.

En el PS algunos empiezan a preocuparse del ascenso del movimiento popular sin saber si atacar o ignorarlo. No es casualidad que en el mitin de Nice y por primera vez en la campaña oficial, salga a la luz Arnaud Montebourg, con el titulo de consejero especial del candidato socialista. Francois Hollande está en busca de una nueva dinámica, cercado a la derecha como a la izquierda.

Jean-Luc Mélenchon tiene todavía varios importantes mítines, en Toulouse el 5 de abril y, el 14, en Marsella (donde el alcalde de derecha le ha negado la autorización de hacerlo en la playa del Prado), y, en cada una de sus intervenciones en la radio o la televisión, le gana simpatizantes al Frente de Izquierda. Sobre todo en el tema que nada se hará desde arriba, que todos tienen que opinar, participar, resistir, que las cosas se construyen en el camino y que el próximo objetivo es pasar a Marine Le Pen y dejarla definitivamente atrás…

Pero, tampoco hay que pensar que todos los que van a los mítines del Frente de Izquierda votarán por Jean-Luc Mélenchon el 22 de abril. La desconfianza en las élites políticas que no cumplen sus promesas sigue fuerte dentro del electorado. Además, la primera vuelta tendrá lugar en plenas vacaciones y la segunda será complicada por el puente del 8 de mayo. Y, aunque exista en Francia el voto por procuración, se teme un alto índice de abstención.

Mientras tanto, sigue cultivando el odio la candidata de la extrema derecha con sus temas de siempre, llamando a más represión en contra de los migrantes, más expulsiones, estigmatizando al islam y a los franceses de segunda, y más, generación, semillero de la delincuencia.

Nicolás Sarkozy acaba de anunciar medidas cosméticas y electoralistas tal como aumentar unos puntos las pensiones, bajar el precio de la gasolina, abrir nuevos puestos de maestros para el próximo curso escolar (cuando, en cinco años, han desaparecido 50 mil). Será hasta dentro de una semana cuando el presidente-candidato presente, por fin, su programa de gobierno.

Pero Nicolas Sarkozy ha de preocuparse. Uno de los escándalos que sacudieron el mundo político en 2010, el caso Liliane Bettencourt (tercera fortuna francesa y 15 en el mundo) ha vuelto a la actualidad. El ex gerente de su fortuna, Patrice De Maistre, fue detenido la semana pasada acusado, entre otras cosas, de haber cobrado tres millones de euros, aprovechando la vulnerabilidad de Liliane Bettencourt, de 90 años.

El juez encargado del caso parece interesarse, sobre todo, en sumas de dinero retirado en efectivo en Suiza, lo que podría esconder un fraude caracterizado al fisco. Pero lo que quiere saber el juez es, primero, quién era el destinatario del dinero y, segundo, si ese dinero no llegó a las arcas de la UMP y sirvió para financiar la campaña electoral de Sarkozy en 2007.

La segunda preocupación, no sólo de Sarkozy, sino de todos los candidatos, tiene que ver con la situación económica en España que podría desestabilizar definitivamente la Unión Europea.