No me espanta, atajó Ignacio Ambriz cuando se le preguntó sobre el carácter veleidoso del dueño de Chivas, Jorge Vergara, así como de sus impredecibles decisiones.

De manera reiterada, dejó en claro que se siente capaz de salir airoso de este reto, me he preparado, estudio mucho, si bien he dirigido poco, indicó. Además, enfatizó que buscará aprovechar las bases que sentó José Luis Real.

“Atrás hay un trabajo muy bueno del profe Real, sería tonto dejar pasar esa inercia que traía este equipo. Yo sólo voy a aportar una o dos cosas”, puntualizó en rueda de prensa la víspera del partido contra Pumas en CU.

Respecto de este encuentro de la fecha cuatro, advirtió que a sus pupilos les puedo perdonar un pase fallado, una mala definición, pero lo que no perdonaré es que dejen de correr los 90 minutos y se maten en la cancha. Tenemos que hacer un gran juego ante un gran rival, sostuvo.

Aseguró conocer a fondo la presión que implica sentarse en el banquillo del equipo más popular del país y anticipó que tratará de poner oídos sordos ante los exabruptos de Vergara.

Asimismo, dijo que con su sueldo no voy a hacerme millonario, y aceptó el cargo porque era la segunda vez que Angélica Fuentes y Vergara lo buscaron.

Una hora antes, en su arribo, el autobús del equipo tapatío desató el entusiasmo de un centenar de aficionados que esperaban afuera del hotel donde se hospedaron los rojiblancos.

No obstante, los gritos de Chivas, Chivas! pronto se trocaron en exigencias, pues en cuanto fueron bajando los futbolistas del vehículo el clamor se cargó de coraje: “¡Ponle güevos, cabrón!”, le gritaron a Héctor Reynoso.

El defensa indicó que los aficionados tienen todo el derecho de hacer reclamos, mientras Luis Michel manifestó que buscarán revertir su mal paso en el torneo.