Indigna en España el saludo navideño de la infanta Cristina
Lunes 19 de diciembre de 2011, p. 31
Madrid, 18 de diciembre. Iñaki Urdangarin, yerno del rey Juan Carlos de Borbón, habría utilizado sus empresas sin ánimo de lucro
para obtener réditos millonarios utilizando como parapeto la ayuda a niños discapacitados y luego, cuando tenía los fondos solidarios
, los desviaba a paraísos fiscales, según se desprende de las investigaciones preliminares de la justicia española. También ha trascendido que con toda probabilidad la Casa del Rey conoció las maniobras del esposo de la infanta Cristina y que ésta habría sido la razón por la que se le obligó a vivir fuera del país –actualmente reside en Washington– y a desaparecer las sociedades corruptas.
Desde que el dictador Francisco Franco designó como su sucesor al rey Juan Carlos se instauró una tradición: en las fechas decembrinas la jefatura del Estado envía felicitaciones y mensajes de paz y solidaridad. Este año, con el escándalo del yerno en auge, provocó profundo malestar e indignación la felicitación rubricada por la familia Urdangarin-Borbón, que acompañan con una fotografía de la familia completa –sus cuatro hijos– y que la Casa del Rey incluyó en sus felicitaciones navideñas. Los apellidos de Urdangarin y de la infanta Cristina –cuyo nombre también figuraba en una de las sociedades– se asocian con la corrupción, el abuso de poder y el desfalco al erario.
La investigación sigue abierta y a pesar de que Urdangarin todavía no ha sido imputado, los hallazgos de los fiscales y medios de comunicación confirman que el yerno del rey y su socio, Diego Torres, se enriquecieron en menos de cuatro años gracias a los contactos y la influencia de Urdangarin como miembro de la Casa Real, hasta el punto de que tejieron una compleja red de empresas por medio de las cuales cobraban y desviaban el dinero a paraísos fiscales. Cabe recordar que en todo momento Urdangarin defendió que sus actividades las hacía sin ánimo de lucro
, pero al mismo tiempo aumentó de manera ostensible su patrimonio, como se demuestra en la compra de un palacete en Barcelona de más de seis millones de euros y seis departamentos más.
Las principales administraciones públicas que contrataron servicios a Urdangarin –en muchos casos sin que se haya realizado la supuesta actividad acordada– fueron los gobiernos autonómicos de Islas Baleares y Valencia, además del ayuntamiento de Valencia, todos ellos gobernados por políticos del derechista Partido Popular (PP). Pero también hay un cúmulo de actividades con la iniciativa privada, en la que participaron desde Telefónica, bancos y empresas de tecnología, energía y salud.
Los fiscales anticorrupción han acreditado con documentos la estrategia del lavado de dinero a través de paraísos fiscales, para lo que utilizaron sobre todo a Londres. El Instituto Nóos de Estudios Estratégicos de Patrocinio y Mecenazgo, principal empresa de Urdangarin, se encuentra en el centro de las principales investigaciones, que confirmarían el uso inapropiado tanto del dinero público como de la figura de la Casa Real, que vive su primer gran escándalo desde que recuperaron la jefatura de Estado en 1976.
La Fundación Deporte, Cultura e Integración Social (FDCIS) –destinada a la ayuda de niños marginados, discapacitados y enfermos de cáncer– es la propietaria de 99 por ciento de la empresa De Goes for Stakeholder, de la que se sirvió Urdangarin tanto para engañar a la Hacienda española como para llevarse fondos públicos a Belice.
Otra cuestión que indigna a la ciudadanía es la sospecha de que la Casa del Rey conoció antes que la justicia el manejo turbio de las empresas de Urdangarin, al probarse que ésta fue la razón por la que se le exigió buscar trabajo fuera de España y disolver las sociedades, que no existen desde 2007. De hecho, ya admitió la jefatura del Estado que conocía desde 2006 el carácter inadecuado
de las actividades del Instituto Nóos, pero no fue hasta la semana pasada cuando decidió apartar al yerno presuntamente corrupto de toda actividad oficial. Pero después de disolver Nóos creó una sociedad junto a su esposa, la infanta Cristina, que llamó Aizoon y que existió hasta 2009.