Praga, 18 de diciembre. El ex presidente checo, Vaclav Havel, icono de la disidencia anticomunista y de la Revolución de Terciopelo checoslovaca de 1989, murió la madrugada de este domingo a la edad de 75 años, a consecuencia de enfermedades respiratorias, problemas cardiacos y trastornos intestinales.

Cientos de personas acudieron al centro de la capital checa para encender velas y depositar ofrendas florales junto a su fotografía, en memoria de quien gobernó Checoslovaquia de 1989 a 1992 y luego la República Checa, entre 1993 y 2003.

Bajo su mandato, la República Checa ingresó a la Organización del Tratado del Atlántico Norte en 1999 y gestionó la incorporación de su país a la Unión Europea. Como parte de sus compromisos militares con la alianza atlántica, las tropas checas enviadas por Havel formaron parte del ejército de ocupación de Irak y Afganistán, además de haber participado en la guerra de Kosovo para repeler a Serbia.

Havel fue un fumador compulsivo que sobrevivió a varias operaciones de cáncer de pulmón a finales de los 90. En marzo pasado fue hospitalizado por una neumonía, agravada con complicaciones como pérdida de equilibrio, debilitamiento de la memoria y adelgazamiento.

Dramaturgo nacido el 5 de octubre de 1936, Havel fue miembro de una familia adinerada de Praga, propietaria de edificios y estudios de cine. El gobierno socialista, establecido en 1948, le prohibió realizar estudios profesionales. Comenzó su activismo político en la década de 1970 y como represalia fue encarcelado en varias ocasiones. En 1977 participó en la redacción del manifiesto Carta 77, que demandó el respeto a los derechos humanos.

El presidente checo, Vaclav Kalus, lo definió como un símbolo del Estado checo moderno. La Secretaría de Relaciones Exteriores de México expresó sus sentidas condolencias y lo describió como un intelectual comprometido con el cambio político. El presidente estadunidense Barack Obama declaró hoy que su pacífica resistencia sacudió los cimientos de un imperio, expuso el vacío de una ideología represiva y probó que el liderazgo moral es más poderoso que cualquier arma.