De no haber existido los suplementos de Fernando Benítez (1912-2000) en los 50 años transcurridos entre 1949 y 1999, no podríamos concebir lo que sería en el pensamiento, las artes y las letras de México, expresó el poeta y escritor José Emilio Pacheco en el acto celebrado ayer en la sala principal del Palacio de Bellas Artes (PBA) con motivo del centenario del natalicio del periodista, novelista, diplomático y autor teatral.

Aunque perduran suplementos en diarios nacionales y estatales, para Pacheco, “en general la cultura ha vuelto a ser lo que era antes de Benítez: el patito feo, la paginita escondida entre las secciones de espectáculos. El resultado de esto no es sobre la literatura, es sobre la cultura y el pensamiento. Nunca pensamos que se pudiera dar un Peña Nieto, y es consecuencia de este deterioro. Dicen sus defensores que qué importancia tiene que un candidato no lea, si él quiere ser presidente y no integrante de la academia de la lengua. Si no lee, no puede tener lenguaje, y si no tiene lenguaje, no puede pensar en los problemas del país.

No quisiera ensañarme con ningún caído, pero me parece una absoluta y auténtica tragedia, no de este señor, sino de México. Este señor debe enfrentar este país tan difícil en los próximos seis años. Los límites del lenguaje son los del pensamiento. ¿Cuál puede ser el pensamiento de una persona así? Lo veo, no como un fracaso personal de él, sino de todos los que hemos trabajado en la cultura mexicana. Con estas palabras, Pacheco dijo arriesgar mi ambición política de ser diputado suplente por Atlacomulco.

Ante un nutrido público, el escritor Carlos Fuentes se refirió a otra faceta del homenajeado: Fernando escribió sobre los indios a sabiendas de que muchos se estaban muriendo poco a poco, víctimas del abuso, la injusticia, la soledad, la miseria y el alcohol. La pregunta de Benítez nos concierne a todos: al salvarlos de la injusticia, ¿cómo se pueden mantener los valores del mundo indígena lado a lado con los avances del progreso moderno y la norma nacional del mestizaje?

Fuentes acotó que la devoción de Benítez al mundo indígena, sus aventuradas excursiones a los sitios más apartados del país, le ayudó en su otra gran tarea, que fue la de crear el periodismo cultural moderno en México.

El empresario Carlos Slim, por su parte, señaló que su amistad con el homenajeado se remontaba a los años 80 del siglo pasado; con él realizó varios viajes por el país, así como a la República Dominicana, cuando Benítez fue embajador. Para Slim la lección mayor de Fernando fue esa alegría, ese amor por la vida y por México.

Vicente Rojo, artista plástico y diseñador gráfico, conoció a Benítez en 1950 y lo acompañó toda su vida en suplementos y proyectos editoriales. Para su conversación con el homenajeado, Rojo se basó en algunas de las fotografías y recortes que, con sus fechas, he conservado. Para el pintor el periodista, además de cardenista, le parecía la personificación de un republicano español.

Amigo de Benítez por más de medio siglo, Fernando Canales, otrora gerente del periódico Novedades, aseguró que éste era el alma del suplemento México en la cultura que hizo escuela en el periodismo cultural y abrió una ventana a la difusión masiva de la cultura a lo largo de 13 años.

En la sala Adamo Boari del PBA se presenta la muestra Benítez en la cultura, con piezas que forman parte del acervo de la Fundación Doctor Ildefonso Vázquez Santos.