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Persona normal es el título del volumen más reciente del narrador

La literatura es tabla de salvación y posibilidad de rebelión: Benito Taibo

A partir de los sentimientos de un niño de 12 años, rinde un homenaje a los libros

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Benito Taibo durante la entrevistaFoto Jesús Villaseca
Enviado
Periódico La Jornada
Miércoles 30 de noviembre de 2011, p. 6

Guadalajara, Jal., 29 de noviembre. El poeta y narrador Benito Taibo acaba de publicar Persona normal, una novela sobre la vida de Sebastián, un niño de 12 años que acaba de perder a sus padres y queda a cargo de su tío Paco, un personaje entrañable. Pero a las cualidades literarias se agrega el plus de ser una especie de mapa de guiños sobre diversos clásicos infantiles y juveniles, creativamente glosados, casi diluidos, por toda la trama.

Es un homenaje a los libros y a los escritores que contiene 96 autores, 126 novelas reseñadas, todas las tribus oglagas, sioux y apaches que resistieron la colonización, 2 millones de persas y 300 espartanos, cuatro mosqueteros, un príncipe malayo, varios piratas de diversos continentes, un poeta amoroso como Cyrano, o como el propio Jaime Sabines, dice Taibo en entrevista.

Herramientas para transformar

–La tragedia familiar de Sebastián es tremenda, pero la novela muestra más su temple que su derrumbe.

–De acuerdo. Todos los grandes momentos de tu vida están marcados por un punto de quiebre o de inflexión, y te cambia para siempre. Puede ser una tragedia familiar, el haber encontrado el amor de tu vida, algo que cambie tu lógica. Por eso Persona normal (Editorial Destino) va hacia donde se dirige, los libros son esas herramientas transformadoras de la sociedad que te cambian todos los días, y para mejor. Hay excepciones que confirman la regla.

“Existen libros para aprender y libros para entender. Para aprender es el Álgebra de Baldor y, para entender, Las batallas en el desierto, de José Emilio Pacheco, un libro de ritual de paso para entender el mundo e irse acomodando dentro de él, y no en la zona de confort, sino en la de rebelión.

–Debió haber sido difícil hurgar en la visión de un chamaco de 12 años como Sebastián, cuando usted, según su ficha en el libro, tiene entre 14 y 17 años.

–Tuve que hacer un acto de memoria para recordar cómo se sentía a los 12. Entre los 12 y los 16 eres una especie de nadie. Por eso insisto en la literatura como tabla de salvación y posibilidad de rebelión y de sueños, de oportunidad de vivir otras vidas, mundos y universos. Y no, no fue difícil, pues siempre intento con todas mis fuerzas que salga el niño que tengo dentro.

–¿Es una forma de resistir?

–¡Claro!, esa es la mejor forma de resistir. Te das cuenta que te estás convirtiendo en una persona normal en cuanto te crece una corbata en el cuello, un reloj en la mano, una serie de responsabilidades que nunca pediste. Yo sigo pisando charcos, pateando latas, asombrándome constantemente por lo que veo a mi alrededor. Hay que empezar a ver un poco más lejos, un poco más profundamente, recuperar la capacidad de asombro, que los muertos tengan nombres y apellidos y saber que no solamente son una estadística.

–¿Quién es el tío Paco? Están Paco Ignacio Taibo I, su padre, y Taibo II, su hermano.

Persona normal es un gran homenaje a mi familia, pero sobre todo a los libros como herramienta poderosa. Los libros te hacen libre, son mucho más de lo que aparentan como objeto cultural. Son tabla de náufrago, capote de torero, arma arrojadiza contra los ojetes si es necesario, escudo contra las flechas persas que oscurecen el cielo, paracaídas, paraguas para el sol y la lluvia.

“Hay libros fundamentales que te cambian la manera de percibir el mundo. Uno puede ser protagonista de El diario de Ana Frank. Al final todo mundo somos una niña judía escondida en un ático esperando a que vengan los monstruos. Resistir es el tema y la literatura da motivos para resistir.”

–¿Esta novela es de algún modo una crítica implícita a la rigidez del sistema educativo, que no promueve la lectura de manera adecuada y suficiente?

–Es la lógica de la complementariedad. Creo que la educación formal necesita por fuerza llevar aparejada una educación sentimental, y ésa cada uno la forma de manera distinta, pero casi todos pasan por el territorio de los libros y la literatura. Un niño o un adolescente que lee El diario de Ana Frank, luego Los pasos de López, luego Cien años de soledad, y luego Las batallas en el desierto, etcétera, difícilmente se convertirá en un sicario que corte cabezas.

Estamos muy preocupados por el número de palabras y minutos que lee el niño, y no por la calidad de lo que lee. Se hacen esfuerzos importantes de promoción a la lectura, pero ésta tiene que pasar por el hogar, el territorio más libre de todos, y por los baños.

–¿Persona normal es una novela para niños y jóvenes?

–No estoy seguro. Creo que es para todos los que tenemos dentro a un niño o joven de 12 a 17 años. He recibido elogios de una niña de 13 y de una mujer de 40, la cual me dijo: Estoy llorando como loca. Le dije que no lo hice con esa intención, pero la risa y el llanto son dos extremos que, si se encuentran, sirven para sacar eso que nos hace únicos como especie. Esta novela es para descubrir que no vale la pena ser personas normales.

Benito Taibo participará en la FIL de Guadalajara.