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La muestra invita a reflexionar acerca de los nexos culturales entre Andalucía y México

El Museo Nacional de San Carlos acoge la exposición Caminos del barroco

Reúne 85 obras de los siglos XVII al XIX, entre óleos, esculturas, grabados y dibujos

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Aspectos de la muestra que se puede visitar en el recinto cultural de Puente de Alvarado 50Foto Jesús Villaseca
 
Periódico La Jornada
Miércoles 30 de noviembre de 2011, p. 4

La exposición Caminos del barroco: entre Andalucía y Nueva España, montada en el Museo Nacional de San Carlos, plantea reflexionar sobre los vínculos culturales entre la comunidad autónoma española y el México actual, cómo las obras viajan acá de las regiones andaluzas, y cómo los artistas locales retoman estas composiciones, que incorporan en sus propias producciones, hecho que les sirve de punto de partida para sus creaciones plásticas, expresó Aurora Ávila, investigadora del recinto.

Con la curaduría del catedrático de la Universidad de Granada, Rafael López Guzmán, la muestra reúne 85 obras, de los siglos XVII al XIX, en su mayoría óleos, aunque también hay dibujos, grabados y esculturas.

Asimismo, se aborda la migración de artistas andaluces que vienen a la Nueva España a trabajar y dejan una escuela que sirve de influencia a sus colegas locales, manifestó la entrevistada.

Además, tenemos igualmente la circulación de modelos, como se ve en el apartado Iconografías andaluzas, que son imágenes surgidas en las regiones y vienen a la Nueva España, ya sea en los equipajes de los viajeros o por el mercado libre, circulan aquí y son adoptadas por la población en forma de devoción, porque tenemos, por ejemplo, iconografías de santos y vírgenes. Entonces, se incorporan al mundo religioso de la Nueva España y, por tanto, al mundo plástico.

López Guzmán, en su texto para el catálogo, escribió que los sistemas de comunicación establecidos entre la metrópoli hispana y los territorios de ultramar concedieron desde los inicios del siglo XVI un papel protagónico a Andalucía y específicamente a Sevilla cuyo puerto monopolizó los recorridos de barcos y armadas a través de lo que se conoció como Carrera de Indias.

Esa situación de privilegio, continuó, se traduce en la lógica influencia que a nivel artístico tendrá la urbe andaluza y el territorio de su entorno sobre América al proceder de aquí buena parte de las mercancías, entre ellas los enseres de culto.

A escala artística, en Andalucía, durante el periodo barroco, existieron dos grandes centros productores, Sevilla y Granada, en los que se ubicaron la mayor parte de los artistas del denominado siglo de oro: Zurbarán, Martínez Montañés, Velázquez, Cano, Murillo, los Mena, Pedro Roldán o los Mora –muchos de ellos presentes en Caminos del barroco–, a los que se unían un sinnúmero de pintores, escultores, ensambladores de retablos y arquitectos que formaban talleres en torno a los cuales giraba la formación y desarrollo del quehacer artístico, señala López Guzmán.

La exhibición tiene cinco núcleos temáticos, como Maestros del barroco, de procedencia andaluza; Artistas entre dos siglos, que muestra los primeros creadores andaluces que emigran hacia el Nuevo Mundo y son la base de la primera escuela mexicana de pintura; Arte andaluz en México: escuelas y oficios, que presenta las obras de los principales artistas barrocos andaluces conservados en instituciones mexicanas.

Aurora Ávila hace hincapié en las tres vías por las que las obras llegaban a México: el mercado libre; encomiendas oficiales, como es el caso de La cena de Emaús, de Zurbarán, encargo del convento de San Agustín, y mediante el coleccionismo.