A Carlos Montemayor debe admirársele no sólo por sus grandes cualidades como persona, estudioso y artista, sino por su congruencia en su decir y en su hacer, sostuvo anoche Concepción Calvillo Alonso, viuda de Nava, al recibir el Premio Nacional con el nombre del escritor, ensayista, investigador, poeta, traductor y cantante fallecido el año pasado.

En estos momentos de violencia, odio y desesperanza nos hace mucha falta su postura combativa, enfatizó la luchadora social, quien evocó el profundo compromiso social y político de Montemayor con los que menos tienen y los vejados por el poder, así como con las culturas y los pueblos indígenas.

Su ejemplo es la herencia que nos deja, sostuvo Concepción Calvillo, después de recordar el amor del intelectual por los clásicos, sus investigaciones sobre las guerrillas en México, su gusto por cantar, además de su sencillez y generosidad.

Por ello, este premio, nos obliga a comprometernos para que en este país imperen la justicia, la libertad y la democracia, dijo la activista nacida en San Luis Potosí, en 1917, incansable luchadora de toda la vida en la promoción y la defensa de los derechos humanos, vocación por la que recibe el galardón que este año llega a su segunda versión.

El acto se efectuó en el salón Benito Juárez de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF), donde también fueron reconocidos el ferrocarrilero y luchador social yucateco Luis Sosa Pérez (1937), protagonista de las luchas libertarias más importantes del país, y la revista Contralínea, por su periodismo comprometido y respetuoso del derecho de la ciudadanía a la información.

Además de sendas intervenciones musicales a cargo de los cantautores Gabino Palomares, Álex Guerrero y Ricardo Cartagena, el homenaje a Carlos Montemayor contó con la participación de Susana de la Garza y Victoria Montemayor, su viuda e hija, respectivamente, quienes destacaron el profundo compromiso personal que él tenía con los movimientos sociales, con la gente sencilla del campo, con los indígenas, con los desposeídos de nuestra nación.