DIRECTORA GENERAL: CARMEN LIRA SAADE
DIRECTOR FUNDADOR: CARLOS PAYAN VELVER
SUPLEMENTO MENSUAL  DIRECTOR: IVAN RESTREPO  
EDICIÓN: LAURA ANGULO   3 DE OCTUBRE DE 2011 
NUMERO ESPECIAL


Portada

Presentación

El arrecife de cabo Pulmo: su importancia ecológica y para la conservación
Héctor Reyes Bonilla

Cabo Pulmo, una apuesta por la conservación
Meredith de la Garza

La ballena jorobada y otros cetáceos en la región de Los Cabos en el Golfo de California
Jorge Urbán R. y Lorenzo Rojas-Bracho

El punto de vista del Centro Mexicano de Derecho Ambiental

La opinión de WWW-México/Sistema Arrecifal Mesoamericano
Omar Vidal

Un científico de prestigio internacional opina sobre cabo Pulmo

Los beneficios de las reservas marinas
Octavio Aburto

Vida y turismo en Cabo Pulmo
David Iván Castro Arvizu


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Correo electrónico:

[email protected]

  

El arrecife de cabo Pulmo: su importancia ecológica y para la conservación

Héctor Reyes Bonilla
Universidad Autónoma de Baja California Sur
Departamento Académico de Biología Marina
Correo electrónico: [email protected]

México cuenta con arrecifes en sus litorales del Golfo de México, el Mar Caribe, el Pacífico mexicano y el Golfo de California. En esta última región es relativamente común encontrar presencia de corales sobre la península de Baja California y especialmente al sur de la ciudad de Loreto (25° N), aunque su desarrollo es muy limitado. Sin embargo, en el municipio de Los Cabos, en Baja California Sur, se encuentra un verdadero arrecife: cabo Pulmo. Este es el único arrecife coralino en el Golfo de California y el más septentrional del Pacífico oriental tropical (23º 30’ N y 109º 30’ W). El sitio presenta características muy particulares de hábitat, las cuales dan lugar a procesos oceanográficos complejos y relaciones ecológicas que le confieren no sólo importancia regional sino gran relevancia en el ámbito mundial. Por ello fue declarado como Parque Nacional en 1995, Patrimonio Natural de la Humanidad por UNESCO en 2005 y sitio RAMSAR en 2008.

Descripción del arrecife

Cabo Pulmo es un arrecife de franja con una superficie aproximada de 450 hectáreas. Se ha formado por el crecimiento de las cabezas de coral sobre una serie de barras de roca granítica mezcladas con areniscas y conglomerados, que siguen una dirección noreste-suroeste y están separadas entre sí por espacios cubiertos de arena. El sistema se extiende desde la zona de entremareas (donde es común observar la exposición de la parte superior de las colonias de coral durante la bajamar en algunas porciones cercanas a la costa), hasta una profundidad máxima de 15 a 20 metros, por la existencia de una caída abrupta hacia el fondo arenoso que rodea la bahía: “El Cantil”.

Zonación coralina y descripción del arrecife

El arrecife está dominado por especies ramificadas del género Pocillopora y muestra una clara zonación donde este tipo de corales están en aguas someras (a menos de seis metros de profundidad) mientras que las especies masivas de coral rosa, café y esmeralda (Pavona spp. Psammocora spp. y Porites panamensis) ocurren con mayor abundancia en aguas profundas. La distribución está controlada por las zooxantelas (algas simbiontes que viven dentro de sus tejidos y les proporcionan alimento) que porta cada tipo de coral: las de Pocillopora requieren gran cantidad de luz para vivir y hacer la fotosíntesis, y por ello deben ocupar sitios someros. Las de los demás géneros residen sin problemas en condiciones menos iluminadas.

La sección norte del arrecife es arenosa, tiene poca cobertura de coral y una fuerte influencia de agua dulce en verano y otoño. En sus cercanías desembocan arroyos provenientes de la Sierra de la Laguna. La sección central es la mejor conservada de la bahía y alberga la estructura arrecifal más compleja, dado que la pendiente del fondo es suave y se presenta sustrato duro abundante. En ella se pueden ver grandes parches de Pocillopora de hasta tres metros de espesor y colonias de otro tipo de corales. En 2011, la abundancia de coral vivo fue de 28%. Finalmente, la sección sur del arrecife es muy somera y turbia; como resultado, los corales ramosos disminuyen sus números de manera notable mientras que las especies restantes, más tolerantes a este tipo de condiciones, mantienen su abundancia.

Fuera de la bahía de cabo Pulmo, el parque se extiende hacia el norte y el sur. En esta dirección aparece la zona de Los Frailes, la cual casi no tiene coral debido a que la plataforma arrecifal es muy angosta y situada frente a un cañón submarino que favorece la entrada de aguas frías y llenas de nutrientes. Sin embargo, Los Frailes son un punto clave para el ecosistema dado que gracias a su alta productividad presenta las mayores concentraciones de sardinas, un eslabón fundamental para mantener saludables las poblaciones de peces y mamíferos marinos que visitan o residen en el área.

Hacia el norte se localiza una serie de playas y fondos arenosos, los cuales permiten el acceso de la tortuga verde (Lepidochelys olivacea) para realizar sus desoves. Enseguida aparece el sitio conocido como Las Tachuelas, que presenta un gran parche de fondo rocoso en el cual la cobertura de coral es superior al 30 por ciento. Gracias a ello, es un sitio clave para el establecimiento de juveniles de invertebrados comerciales, como el pepino de mar (Isostichopus fuscus) y el caracol chino (géneros Hexaplex y Muricanthus).

Servicios ambientales ofrecidos por los arrecifes

La zona de cabo Pulmo no tiene una población humana elevada; las cifras varían pero en general se habla de que hay menos de 100 residentes permanentes en la localidad. Para ellos, la belleza escénica y la protección que dan los arrecifes contra el oleaje son servicios fundamentales que sostienen su economía y, además, evitan daños a las construcciones cercanas a la costa. No sólo eso: el arrecife ofrece beneficios a otros niveles. Uno de los más importantes es el depósito de carbonato de calcio en sus esqueletos.

Se calcula que, tomando en cuenta la abundancia de coral junto con las tasas de crecimiento de las especies, los corales en cabo Pulmo están depositando casi cuatro toneladas de carbonato de calcio cada año. El mercado internacional de carbono está pagando 12.8 dólares por tonelada de CO2 fijo en la biosfera; de esta manera, el crecimiento arrecifal en Pulmo representa un servicio ambiental para la humanidad valuado en, al menos, 80 mil dólares al año.

Historia del uso de los recursos

La bahía de cabo Pulmo tiene un largo historial de ocupación humana; la evidencia arqueológica indica que fue habitada desde hace unos 3 mil años. Para 1770 aparece el nombre castellano de cabo Pulmo en los mapas. Durante el siglo XIX inició la explotación comercial de madreperla. La zona tenía fama de dar el mayor número de perlas por kilo de concha en el territorio. Sin embargo, en 1938-39 una epizootia afectó las poblaciones y el recurso dejó de ser rentable económicamente.

Para los años cuarenta, durante la Segunda Guerra Mundial, cabo Pulmo era un pueblo con menos de 50 habitantes dedicados a la captura del tiburón y la comercialización de su hígado. Ya en los años sesenta, pescadores de otros estados venían frecuentemente a realizar explotación intensiva de peces e invertebrados. Fue el primer indicio de modificación del ecosistema local por acciones humanas. Veinte años mas tarde, en los ochenta del siglo pasado, la pesca seguía siendo la principal fuente económica en la localidad, aunque los niveles de producción eran bajos y estaban limitados por la ausencia de facilidades logísticas, como cámaras frías y carreteras.

Sin embargo, la llegada de los primeros turistas deseosos de realizar actividades subacuáticas y el interés en el arrecife por parte de diversas instituciones de educación superior ayudaron a que la comunidad local viera como una posibilidad real cambiar su trabajo de pescadores hacia prestadores de servicios turísticos. Para 1993, la comunidad local estaba apoyando decididamente la propuesta de convertir el arrecife en un área natural protegida. Se obtuvo en 1995, cuando se le decretó como Parque Marino, y luego como Parque Nacional. El decreto sirvió para que la comunidad ejerciera labores de protección en el área. Una de las primeras y más importantes fue el cierre de las capturas comerciales; sólo se permitió extraer peces para autoconsumo de las familias residentes en la bahía.

Actualmente, el uso humano del parque se enfoca a las actividades turísticas (buceo, snorkel, kayak) y, de manera secundaria, a la pesca deportiva. En 2010, había cinco tiendas de buceo y maneja aproximadamente 3 mil visitantes cada año. Desafortunadamente, hay un peligro latente: las áreas principales de buceo son muy pequeñas (menos del uno por ciento de la superficie total del parque), y la alta concentración del esfuerzo turístico las hace muy susceptibles a ser modificadas o destruidas.

Relevancia para la conservación y amenazas actuales

Las condiciones ecológicas del arrecife de cabo Pulmo son muy adecuadas; ello se debe en gran medida al esfuerzo de la comunidad local por proteger el sitio. También de los investigadores en denotar su importancia biológica. Sin embargo, el interés de los gobiernos federal, estatal y municipal en el desarrollo económico de Baja California Sur, están acarreando problemas al arrecife y a las comunidades locales.

Durante los años ochenta y noventa del siglo anterior, la pesca era la única presión humana que se consideraba como apremiante solucionar. Aunque había preocupación por el interés en el desarrollo del turismo masivo en la zona costera como parte del llamado Corredor Turístico de Los Cabos. Esta amenaza se consideraba lejana por la falta de infraestructura carretera y otras facilidades.

Sin embargo, en junio de 2007 la situación cambió cuando empleados de la empresa inmobiliaria Cragar Desarrollos llegaron a la comunidad y procedieron a demoler dos casas y expulsar a sus propietarios. La comunidad inició un proceso legal para detener estas acciones y recibió el apoyo de cientos de personas de la sociedad civil e incluso de legisladores estatales. Sin embargo, la falta de definición sobre la propiedad de la tierra ha impedido que este problema se solucione.

En 2008, el consorcio Goodman Real State/Hansa Baja Investments, de capitales estadounidense y español, anunció que abriría un complejo turístico llamado Cabo Cortés, el cual ocupará casi 4 mil hectáreas. El proyecto incluye 3 mil 800 cuartos de hotel, 7 mil viviendas, dos campos de golf, áreas comerciales y una marina para casi 500 embarcaciones. Además, se construirán escuelas, iglesias, sitios de entretenimiento y 5 mil viviendas para los trabajadores del complejo, ya que sería fuente de empleo para 20 mil personas.

Posteriormente a este anuncio, organizaciones no gubernamentales, académicos y otros interesados hicieron saber sus opiniones y críticas, tanto durante la presentación de la manifestación de impacto ambiental ante la sociedad civil, como en medios nacionales. Llamaron la atención sobre tres problemas en particular:

  1. El tamaño mismo del desarrollo: supera en número de habitaciones a las ciudades de La Paz y Cabo San Lucas en conjunto. Esto traerá consigo una modificación considerable en el entorno general de la región y un aumento desmedido del nivel de uso del arrecife para actividades turísticas.

  2. La falta de agua dulce: una comunidad de más de 20 mil personas requiere de mucha agua para sus actividades; Baja California Sur se distingue precisamente por la escasez del preciado líquido. La compañía propone arreglar el problema instalando una desaladora, pero no tomó en cuenta que las corrientes fluyen al sur durante la mitad del año. Es decir, la salmuera puede convertirse en un importante factor de perturbación al arrecife, afectando especialmente a Las Tachuelas, una de las zonas con mayor cobertura coralina del parque.

  3. La pérdida de la playa: la instalación de la marina está planeada en una zona que cada año recibe aporte de arena proveniente del parque nacional. En condiciones normales, dicho sedimento regresa a cabo Pulmo y mantiene la playa en buen estado. Sin embargo, los dragados que se planea realizar para dar mantenimiento a la entrada de los barcos hará que la arena sea arrojada hacia aguas profundas y no regrese a su sitio de origen. En consecuencia, es posible que en cabo Pulmo se repita lo que ocurrió en Cancún en 2005 con el huracán Vilma.

La presión social logró que el gobierno federal diera la orden de revisar la manifestación de impacto del citado proyecto, de contestar las críticas con información científica confiable y de que se busquen medidas de mitigación a los impactos. Esta es la situación actual. Todos los interesados estamos en espera de saber cómo se desenvolverán los acontecimientos.

Pero lo qué resulte en este caso será un antecedente de gran relevancia para apoyar la conservación de las comunidades arrecifales de México, las cuales siguen siendo afectadas por el “desarrollo”. Como está ocurriendo hoy día en el Parque Nacional Sistema Arrecifal Veracruzano, donde las autoridades han propuesto modificar la poligonal del parque con el fin de sacar dos arrecifes de la misma, y usarlos como la base para la expansión del Puerto de Veracruz.

Estos son escenarios futuros que no merecen nuestros arrecifes patrimonio de los mexicanos y del mundo. En el caso concreto de cabo Pulmo, es un tesoro y una fuente de riqueza que debemos conservar.

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