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Presentación El arrecife de cabo Pulmo: su importancia ecológica y para la conservación Cabo Pulmo, una apuesta por la conservación La ballena jorobada y otros cetáceos en la región de Los Cabos en el Golfo de California El punto de vista del Centro Mexicano de Derecho Ambiental La opinión de WWW-México/Sistema Arrecifal Mesoamericano Un científico de prestigio internacional opina sobre cabo Pulmo Los beneficios de las reservas marinas Vida y turismo en Cabo Pulmo Correo electrónico: |
Cabo Pulmo, ejemplo de lo que no es el desarrollo sustentable Horacio de la Cueva El gobierno de Felipe Calderón se ha destacado por la poca atención al medio ambiente. El secretario del ramo se ha esforzado por mantener un bajo perfil de acción y poca solución a los problemas de su competencia. Más allá de la Cumbre en Cancún, que sirvió muy tibiamente a la tarea de combatir el cambio climático, estamos viendo el final de otro sexenio perdido para el medio ambiente y la ecología. El mediocre desempeño del secretario del ramo y su alianza con la industria menos cuidadosa de los recursos naturales y el paisaje, tienen dos botones de muestra en la península de Baja California:
Debemos ser justos: el actual no es el único sexenio de abandono al ambiente. En el de Vicente Fox se hizo gran alarde de dos “desarrollos” que traerían el progreso a regiones alejadas del centro de México: el Corredor Puebla-Panamá y la Escalera Náutica en el Golfo de California y la costa Oeste de Baja California. Ambos fracasaron cuando apenas despegaban.
Pero como herencia, las costas de Baja California quedaron manchadas con proyectos sin término feliz, carreteras mal diseñadas, sin pavimento e incompletas, especulación de tierras y resentimiento entre los dueños originales de ellas que perdieron muchas veces el que era su patrimonio. En cuanto al corredor Puebla-Panamá, pareció más el negocio de unos cuantos consultores. En contraste, destaca el trabajo para proteger el ambiente que a diario realizan individuos, asociaciones y grupos académicos. Las ideas thatcherianas de que no existe la sociedad sólo los individuos son rechazadas constantemente por el trabajo diario de estos grupos y personas. Hoy, el fantasma del megadesarrollo destructivo acecha a cabo Pulmo en la costa del Golfo de California. Para luchar contra un proyecto que acabaría con recursos naturales invaluables y el esfuerzo de la población por protegerlos, La Jornada Ecológica ofrece ahora varios textos que dan cuenta de la importancia del arrecife de coral que existe en esa parte del país, la invaluable y única fauna que también allí se localiza. Además, la experiencia de la población local para aprovechar en su beneficio los recursos naturales sin acabar con ellos. Las características oceanográficas y biológicas de cabo Pulmo y sus alrededores han permitido, por ejemplo, el buceo que atrae a un turismo respetuoso del ambiente y la disminución de la pesca ribereña como forma de vida. Como complemento, todos los estudios serios sobre la situación ambiental de la región indican que el megaproyecto de Cabo Cortés destruiría la mayor atracción del área, el arrecife, no sólo por sobreuso sino por contaminación. Además de afectar a la fauna, crearía serios desajustes en un recurso clave y escaso en extremo en Baja California: el agua, indispensable para la vida de miles de familia que llegarían a la zona para trabajar, y para los también miles de turistas que visitaría la región bajo el manto del proyecto citado. No está de más agregar que cabo Pulmo es parte de una gran región oceánica que por su localización en el extremo sur de la península de Baja California es influenciada tanto por aguas tropicales como por frías provenientes del norte. Allí encontramos una gran riqueza de cetáceos, los mamíferos marinos, entre ellos destacadamente ballenas, delfines y sus aliados. Por eso la propuesta de declarar la región como refugio para la conservación de la ballena jorobada. Cabo Pulmo y otras áreas del país con gran valor ecológico corren el riesgo de ser destruidas por megaproyectos contrarios a la repetida promesa oficial de obtener el desarrollo sin deteriorar el medio ambiente y los recursos naturales. Por tanto, es tarea de la sociedad en su conjunto obligar a las instancias oficiales a cumplir con lo que la legislación vigente ordena en el campo ambiental. Pero además, a que garanticen el buen estado de un patrimonio que debemos dejar, acrecentado, a las futuras generaciones. |
