La irrupción de elementos de la Armada sin orden de aprehensión en el domicilio del diputado federal Eduardo Bailey (PRI), no es la primera de su tipo; hace unos meses ocurrió un hecho similar, donde marinos catearon la casa de un juez de distrito sin la orden correspondiente.

Lo anterior motivó una enérgica reacción del presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Juan N. Silva Meza, quien se reunió en privado con el secretario de Marina, Mariano Francisco Saynez, para discutir el incidente; de acuerdo con fuentes oficiales, el asunto quedó solventado después de que el secretario aceptó que los elementos de fuerzas especiales se habían equivocado.

Silva Meza fue el que buscó ponerse en contacto con Saynez para zanjar el problema, sin que el incidente trascendiera a los medios de información. Sin embargo, se supo que el juzgador presentó una demanda ante la Procuraduría General de la República (PGR).

Por otra parte, fuentes navales afirmaron que el caso del allanamiento en la casa del diputado priísta es muy delicado, y que será la Secretaría de Gobernación la que fije la postura oficial al respecto. Comentaron que la dependencia que encabeza José Francisco Blake está en contacto con la Cámara de Diputados, la cual acordó solicitar al almirante Saynez que explique quién dio la orden para que los marinos allanaran la casa del legislador.

Los informantes precisaron que el incidente en la casa del diputado Bailey, en Monterrey, no tuvo su origen en una denuncia anónima, y aseguraron que cuando los elementos de la Armada se dieron cuenta de su error decidieron no catear el inmueble.

La denuncia sobre la actitud de los marinos tuvo lugar apenas una semana después de que la Cámara de Diputados autorizó que la Marina Armada realice operativos en tierra contra la delincuencia.

El diputado Óscar González (PT) advirtió que si la cámara no frena las agresiones contra legisladores, estaríamos ante el inicio del rompimiento del Estado republicano, y dijo que las sanciones no deben enfocarse contra marinos o militares, sino contra quienes han impulsado una política de guerra.