Miércoles 21 de septiembre de 2011, p. 39
Sin las concentraciones masivas de otros tiempos, el jefe de Gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard, llegó a la Asamblea Legislativa 20 minutos antes de las 11 horas para saludar de mano y abrazar a decenas de seguidores que lo flanqueaban atrás de las vallas. A su lado, Rosalinda Bueso agitaba la mano hacia la multitud. Ebrard, se siente, Marcelo presidente
, se escuchaba en coro.
Incluso, el entusiasmo del mandatario capitalino fue tanto que abrió una de las vallas, cerca ya de la ALDF, para acercarse a la gente.
Los funcionarios e invitados llegaban uno a uno, en trajes formales, repartiendo sonrisas a sus colaboradores y conocidos.
La secretaria de Medio Ambiente, Martha Delgado, arribó en bicicleta, lo que le valió silbidos de aprobación entre los que la miraban. Pero la ovación generalizada se la llevó la diputada Gabriela Cuevas, quien iba enfundada en un traje sastre de pantalón. Pero qué piernas tan largas, mamacita
, le gritaron trabajadores de limpieza congregados en Allende y la esquina del Callejón del 57, mientras chiflaban en conjunto.
Sin embargo, los aplausos y aprobación no fueron generalizados para Ebrard. Alumnos de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM) trataron de llegar al recinto legislativo para manifestarse en contra de la intromisión de Ebrard
en esa institución.
A ritmo de batucada los estudiantes exigieron autonomía y libertad. Por algunos momentos se concentraron en el cruce de las calles Allende y Tacuba. Extendieron una pancarta y se mantuvieron para gritar consignas en contra del jefe de Gobierno.
Durante su llegada a la zona del cerco de seguridad hubo tensión, pues los elementos de seguridad reforzaron la vigilancia para evitar que pasaran el retén.
Alrededor de 20 estudiantes de la UACM fueron encapsulados en la esquina de Uruguay e Isabel La Católica por unos 60 granaderos, quienes los mantuvieron en el lugar hasta que se retiraron.
Mientras intentaban llegar, la mayoría de las personas que se congregaron a esperar al mandatario capitalino se retiraron de Allende y sólo quedaron algunos grupos de la delegación Gustavo A. Madero, en las inmediaciones de las escalinatas de la ALDF.
Por calles aledañas también llegaron vecinos de varias colonias de la delegación Benito Juárez, molestos por los altos cobros de agua potable. Señalaron que se movilizaron en contra de la privatización
del suministro.