La carencia de nacionalidad (apatridia) sume a las personas en una situación especial de vulnerabilidad que dificulta su integración y limita su acceso a derechos que permiten el disfrute de una vida normal en las sociedades donde se encuentran, señaló el embajador Ernesto Céspedes Oropeza, director general de temas globales de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE).

Al participar en el coloquio sobre apatridia, organizado por la cancillería, la Secretaría de Gobernación y la representación en México de la Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para Refugiados, el embajador, planteó además que la apatridia no es un problema legal, sino un asunto que debe abordarse con un enfoque de derechos humanos.

Sostuvo que el propósito de este encuentro fue contribuir a la difusión de esta problemática y destacar las acciones de protección de las garantías de quienes se encuentran en esta situación apátrida.

Por su parte, Félix Vélez Fernández-Varela, secretario general del Consejo Nacional de Población, sostuvo que en México la Ley de Migración incluye una definición de apátrida y establece el derecho de estas personas a obtener residencia en el país.