Estudiantes de diversos colectivos de la Facultad de Filosofía y Letras (FFL) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) realizaron un concierto de rock en el estacionamiento de esa entidad académica para demandar la desmilitarización del país y la ampliación de espacios educativos de calidad.

Durante el acto también se dio la bienvenida a los jóvenes de nuevo ingreso y se saludó la lucha por la educación pública encabezada por universitarios en Chile.

Al ritmo de las bandas o los djs, con baile, slam, ska y otros ritmos, cientos de jóvenes disfrutaron del acto sin que se presentaran contratiempos.

Los organizadores convocaron a los universitarios a solidarizarse con las luchas sociales y demandaron un alto a la estrategia contra el crimen organizado emprendida por el gobierno de Felipe Calderón.

“Hoy nos enfrentamos a una guerra contra el narco en la que el pueblo ha puesto a casi 50 mil muertos, 25 mil desaparecidos y cientos de desplazados. Esta política militarista, que caracterizamos como terrorista por parte del Estado mexicano, en realidad no ha alejado de las drogas a la juventud ni ha evitado el tráfico de éstas. Por el contrario, ha permitido la distribución más organizada centrada en algunos cárteles criminales; además de dinamizar el negocio de las armas, los servicios de seguridad privada, aseguradoras y equipos de protección”, manifestaron en un pronunciamiento leído a la mitad del concierto.

A los alumnos de nuevo ingreso se les recordó que están en la UNAM porque es un derecho, aunque cada año son rechazados miles de jóvenes. Inclusive –señalaron los organizadores–, en la FFL cada año son aceptados unos 3 mil alumnos, de los cuales sólo tres de cada 10 logran concluir sus estudios debido a la falta de condiciones económicas y la insuficiencia de becas.

Los jóvenes pidieron justicia por los casos de universitarios que han sido asesinados en diferentes hechos de violencia, como los cinco estudiantes mexicanos que perdieron la vida durante un ataque del ejército de Colombia contra un campamento que las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia mantenían en Ecuador, en 2008, o de los profesores y alumnos que han sido asesinados o desaparecidos en actos de delincuencia en las inmediaciones de planteles de la casa de estudios.