La Habana, 2 de agosto. El presidente Raúl Castro advirtió que la reforma en Cuba está enfrentando una resistencia interna y errores de dirección y que un cambio de mentalidad es indispensable para preservar el sistema político y social de la isla.

Castro concluyó con un discurso el lunes las reuniones sucesivas que mantuvieron durante diez días el Consejo de Ministros, la Asamblea Nacional del Poder Popular (parlamento) y el Comité Central del Partido Comunista de Cuba (PCC).

Desde hace cuatro años el presidente cubano impulsa la reforma para hacer eficiente la economía. El plan fue aprobado por el sexto congreso del PCC en abril pasado y por el parlamento esta semana, pero el mandatario tiene ahora en la mira lo que llamó resistencias al cambio dentro del aparato oficial.

El mayor obstáculo a la reforma es la barrera sicológica formada por la inercia del inmovilismo, la simulación o doble moral, la indiferencia e insensibilidad, señaló Castro. Sin cambiar la mentalidad no seremos capaces de acometer los cambios necesarios para garantizar la sostenibilidad del sistema.

Más de una vez he expresado que nuestro peor enemigo no es el imperialismo ni mucho menos sus asalariados en el suelo patrio, sino nuestros propios errores, subrayó.

En un gesto ejemplarizante, el mandatario llevó al parlamento el caso de una mujer no identificada, militante del PCC, que en febrero pasado fue destituida de su puesto administrativo por no reportar a las autoridades locales que es creyente.

Una discriminación semejante se practicó en Cuba hace décadas, pero quedó expresamente prohibida en los años 90. El caso reveló “conceptos obsoletos (…) todavía enraizados en la mentalidad de no pocos dirigentes”, acusó Castro.

El alegato partió del caso de la mujer, pero Castro se siguió de frente contra la oposición que encuentra en las instituciones: Advierto que toda resistencia burocrática al estricto cumplimiento de los acuerdos del congreso (del PCC), respaldados masivamente por el pueblo, será inútil.

La prensa extranjera no tuvo acceso a ninguna de las reuniones, que fueron reportadas por medios locales. La televisión transmitió el discurso final de Castro y un tramo de la sesión de la Asamblea Nacional.

Castro informó al parlamento que la economía creció en el primer semestre 1.9 por ciento, pero citó errores en la planificación y falta de integralidad en la dirección, que provocaron retrocesos en algunos sectores.

El presidente cubano ha mantenido la práctica de criticar en público fallas de su gobierno, pero pocas veces se había conocido un catálogo de errores como el que trascendió en esta última serie de reuniones.

¿Cómo puede una empresa cumplir en tres meses el plan del año?, reclamó Castro al Consejo de Ministros. ¿Qué planificación es esa? Luego dijo al parlamento que buscará combatir la superficialidad y negligencia en el sistema de pagos, así como la improvisación y las costosas irracionalidades en las inversiones.

De acuerdo con la versiones conocidas, las reuniones de la dirigencia recibieron reportes de errores de este tipo: baja producción agrícola por falta de previsión y de conocimiento de la demanda; retrasos y costos adicionales por errores en la planeación de inversiones y la construcción. Hasta 2010 las inversiones extranjeras no entraban en el plan anual ni se les hacían estudios de factibilidad.

Fallas de planeación y de sistemas de trabajo están impactando la producción de níquel. Decenas de proyectos de colaboración exterior para la producción de alimentos están paralizados por trabas burocráticas. Sobre este punto, el diputado Leonardo Martínez expuso: El problema no es la exigencia misma de inclusión en el plan, sino el tortuoso camino y los mecanismos para hacerlo.