Trípoli, 29 de julio. Estados Unidos evitó hoy señalar al autor intelectual del asesinato del general Abdel Fatah Yunes, comandante opositor, en tanto que el Consejo Nacional de Transición (CNT) atribuyó indirectamente la responsabilidad al gobierno libio de Muammar Kadafi, y éste dijo que el homicidio fue un mensaje de Al Qaeda a los políticos que establecieron el gobierno paralelo en Bengasi y han divido al país árabe.

La muerte de Yunes suscitó en Bengasi una serie de rumores. El militar fue hasta antes del inicio de la revuelta en el nororiente de Libia, en febrero, ministro del Interior en el gobierno de Trípoli.

Una de las especies señaló que la cúpula en Bengasi ordenó la ejecución, pues desde que Yunes se pasó con los alzados en armas –apoyados por Estados Unidos, Francia y Gran Bretaña– fue objeto de desconfianza por parte de algunos dirigentes opositores, algunos de los cuales representan los intereses de la monarquía, depuesta con un golpe de Estado encabezado por Kadafi en 1969.

Según esa versión, Yunes fue interceptado en camino a Bengasi y fue retenido durante varias horas antes de ser ejecutado.

El militar, quien condujo a un ejército improvisado con el respaldo aéreo de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), estaba en el frente de guerra al oeste de Bengasi, cuando fue convocado por el CNT para rendir un informe militar.

La versión oficial del CNT fue dada a conocer anoche por el dirigente opositor Mustafa Abdul Jalil, quien responsabilizó a grupos armados que radican en las ciudades bajo el dominio de los insurgentes, pero señaló que lo anterior va en contra del objetivo principal de expulsar a Kadafi de Trípoli.

Jalil informó que el jefe del grupo ejecutor fue arrestado. Los restos de Yunes fueron entregados a la familia en Bengasi. Uno de los sobrinos del militar informó que el comandante murió a tiros.

Según la televisora Al Jazeera, Yunes fue protagonista de una disputa por el control del mando entre marzo y abril pasados, hasta que finalmente se impuso con el consentimiento del CNT.

Bajo su conducción, los alzados han expandido su dominio territorial hacia el oeste, hasta Brega, con el respaldo aéreo de la OTAN, que cumple un mandato de Naciones Unidas para impedir el vuelo de naves libias. Bajo esas condiciones, los opositores también tomaron la sureña Misurata.

Pese a los avances, la prensa europea ha difundido críticas de analistas militares sobre la capacidad de los alzados para lanzar una ofensiva terrestre que acabe con el ejército gubernamental.

El portavoz del Departamento de Estado, Mark Toner, pidió a sus socios en Libia que mantengan la unidad y los ojos en el objetivo, la transición democrática.

Musa Ibrahim, portavoz del gobierno de Libia, dijo que la CNT esta aterrorizados por Al Qaeda y es una prueba de que los aliados de Washington no tienen ningún poder en Bengasi.