Sábado 30 de julio de 2011, p. 25
Ankara, 29 de julio. El jefe del estado mayor turco, así como los comandantes de los ejércitos de tierra, mar y aire, dimitieron este viernes en medio de un desacuerdo con el gobierno islamita moderado sobre la posibilidad de promocionar a militares encarcelados por presunta conspiración, y según la prensa turca, la decisión se debió a diferencias entre la cúpula militar y el gobierno del primer ministro Recep Tayyip Erdogan.
Cuarenta y dos generales y decenas de oficiales en activo o retirados están actualmente encarcelados en el contexto de presuntas conspiraciones destinadas a derrocar al gobierno moderado del Partido de la Justicia y el Desarrollo, en el poder desde 2002.
El ejército querría que estos militares puedan, en principio, ser promocionados, pese a estar en prisión a la espera de que termine su proceso; el gobierno, por el contrario, quiere que se retiren. Hasta el cierre de esta edición, el Ejecutivo turco no ha reaccionado a la dimisión colectiva.
Desde 1960, el ejército turco derrocó a cuatro gobiernos, el último de ellos en 1997, del islamita Necmettin Erbakan, mentor del actual jefe del Ejecutivo.
El jefe del estado mayor, general Isik Kosaner, se reunió varias veces en los últimos días con Erdogan, antes de una reunión a inicios de agosto del consejo militar supremo, que decide los nombramientos en la jerarquía castrense.
Es la primera vez que la cúpula militar de Turquía, país miembro de la Organización del Tratado del Atlántico Norte, dimite en su conjunto, recordaron las televisoras NTV y CNN-Türk. La agencia semioficial Anatolia precisó que el jefe del estado mayor y sus comandantes pidieron retirarse.
Simbólica decisión castrense
El general Isik Kosaner había sido nombrado por tres años en 2010. Siguiendo la tradición militar, los otros tres comandantes debían retirarse el mes próximo.
La decisión de la cúpula de dimitir en bloque es muy simbólica en Turquía, donde el ejército se ha visto debilitado desde 2007, con la apertura de varias investigaciones sobre presuntos proyectos de complot contra el partido político en el poder.
El año pasado, escudándose en las investigaciones por presunto complot antigubernamental, los miembros civiles del consejo militar supremo, en particular el primer ministro, modificaron la rutina habitual de las promociones.
Sin llegar a imponer sus decisiones a los militares, los miembros civiles se negaron a promocionar a implicados en casos de complot. El resultado fue un retraso inhabitual en el nombramiento del actual jefe de estado mayor.