Se actuará con firmeza, no podemos quedarnos de brazos cruzados
, afirma ministro
grupos armados, denuncian autoridades sirias
En Yemen, reiteran que Abdulá Saleh regresará al país en los próximos días
, tras operación
desafíoa su soberaníaFoto Reuters
Martes 7 de junio de 2011, p. 25
Damasco, 6 de junio. Las autoridades sirias acusaron hoy a grupos armados
no identificados de haber iniciado los combates en los que murieron 123 policías en el noroeste del país y prometieron no quedarse con los brazos cruzados
frente a lo que la oposición señaló que se trató de un motín
.
La televisión oficial dio cuenta de 123 bajas en las filas policiales tras violentos enfrentamientos entre policías y grupos armados
en la ciudad de Yisr al Shughur, en el noroeste de Siria, donde el ejército realiza operaciones desde el fin de semana.
El ministro de Interior, Mohamad Ibrahim Shaar, advirtió que se actuará con firmeza y no se quedará con los brazos cruzados frente a los ataques
. Desde el comienzo de las protestas contra el régimen del presidente Bashar Assad el 15 de marzo, Damasco califica a los opositores de grupos terroristas
o extranjeros
.
Los alzados dijeron que los disturbios se originaron debido a un motín
en las filas de las fuerzas de seguridad de la ciudad y que todo comenzó el domingo.
El Observatorio sirio de Derechos Humanos, con sede en Londres, aseguró que 40 personas murieron el domingo durante las operaciones de represión que las fuerzas de seguridad llevan a cabo contra los opositores en esa zona.
Los enfrentamientos no pueden ser verificados de manera independiente porque la prensa extranjera enfrenta restricciones en Siria.
En Yemen, otro país árabe con revueltas populares, el vicepresidente, Abed Rabbo Mansur Hadi, declaró que el presidente Ali Abdulá Saleh, quien se encuentra en Arabia Saudita, regresará al país en los próximos días
tras la operación a la que fue sometido.
Además, tras dos semanas de combates en Saná, la capital, este lunes se inició una tregua entre leales a Saleh y el grupo tribal yemení Hashed, cuyo líder, Sadeq Ahmar, aceptó el cese de hostilidades.