Unas 450 mil hectáreas de la superficie cultivable de Guanajuato no han podido sembrarse porque sólo hay agua para 250 mil, dado que no ha llovido en 10 meses y las presas de la entidad están a 30 por ciento de su aforo, en promedio, informó este lunes el secretario de Desarrollo Agropecuario, José María Anaya Ochoa.

Los agricultores ya pidieron una dotación de préstamo a la Comisión Nacional del Agua para comenzar a trabajar, y aunque tenemos hasta el 15 de julio la situación es preocupante, pues existen todas las condiciones para sembrar, excepto las lluvias, y si éstas llegan después hay riesgo de que las heladas destruyan lo cultivado, advirtió.

El funcionario mencionó que la presa Solís, la más grande de Guanajuato, está a menos del 40 por ciento de su capacidad, lo que alcanza para el primer riego, pero no completaría el segundo. Lo mismo sucede con los otros embalses, que sólo pueden irrigar parte de los cultivos.

Anaya Ochoa agregó que gran parte de la superficie agrícola del estado se siembra con maíz, pero los campesinos no pueden hacerlo en seco, pues al llegar el agua la planta no alcanza a brotar.

Además, señaló, la sequía también ha puesto en crisis a la ganadería. En un reciente monitoreo aéreo se constató que los bordos del estado están secos o tienen poca agua, y para evitar mortandad de animales se movilizarán pipas hacia la zona noreste.

En Quintana Roo, las lluvias apagaron la mayor parte de los incendios que han devastado 72 mil hectáreas de vegetación. Aún falta sobrevolar las áreas afectadas para ver si persiste el fuego, informó el Instituto Forestal del estado.