Encuesta de Conapred revela que la segregación está muy arraigada
Viernes 6 de mayo de 2011, p. 42
La discriminación por origen racial, étnico, color de piel o apariencia física es una práctica cultural que persiste en México, pues 23 por ciento de los entrevistados no estarían dispuestas a permitir que en su casa viviera gente de otra raza; mientras 54.8 por ciento afirma que a las personas se les insulta por su color de piel y 15 por ciento ha sentido que sus derechos no han sido respetados por esa razón, según resultados de la Encuesta Nacional sobre Discriminación 2010 (Enadis), elaborada por el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred).
El documento afirma que la discriminación por estos motivos “es un fenómeno que en nuestro país está arraigado tanto en las instituciones –lo cual se reflejadas en los obstáculos para acceder a servicios de salud y educación–, como en las prácticas sociales que definen relaciones desiguales de contratación y empleo”.
Detalla que la discriminación racial se asocia con frecuencia a personas indígenas; sin embargo, esta categoría involucra también a individuos cuyos rasgos son relacionados con otras razas u orígenes étnicos.
Como ejemplo, el Conapred refiere a la población afrodescendiente en México, la cual se encuentra ignorada.
El organismo sostiene que la falta de información oficial sobre este grupo de población es no sólo reflejo de exclusión y marginación en sí misma, sino causa de problemas para detectar necesidades y soluciones que permitan la inclusión social de los afrodescendentes.
El texto refiere un estudio realizado en 2007, según el cual 47.8 por ciento de las personas entrevistadas señaló que la pobreza de las comunidades negras se debe a que la gente no trabaja.
En la misma línea, la Enadis 2010 reveló que 16.5 por ciento de las personas consultadas dijo estar de acuerdo en que los indígenas son pobres porque no trabajan lo suficiente.
Ambos resultados, cada uno en su ámbito, muestran que la discriminación racial es un problema real, basado en opiniones prejuiciosas que no tienen ningún sustento objetivo
, explica el Conapred.