Senadores y diputados de PRI, PRD y PT, así como la dirigencia nacional del PT, condenaron el incremento de 50 por ciento al kilogramo de tortilla en el Distrito Federal y de 40 por ciento o más en los estados, porque es un golpe a la economía de los mexicanos. Demandaron que el gobierno mantenga el subsidio a ese alimento.

En tanto, líderes de la Unión Nacional de Trabajadores (UNT) manifestaron que, ante las constantes alzas a combustibles y alimentos básicos, es necesario un incremento sustancial a los salarios mínimos. Por su parte, dirigentes de la disidencia magisterial del SNTE y de la CNTE exigieron un aumento salarial de emergencia.

El PAN en el Senado destacó: “Exigiremos que la Procuraduría Federal del Consumidor actúe de inmediato si se cumple la amenaza de elevar el precio. Los diputados de PRI y PRD demandaron que el gobierno asuma el control de los costos de la tortilla.

Por otra parte, el Centro de Análisis Multidisciplinario (CAM) de la Facultad de Economía de la Universidad Nacional Autónoma de México destacó que al primero de diciembre de 2006 –fecha en que se inició el gobierno de Felipe Calderón–, con un salario mínimo de 48.67 pesos, se podían comprar 7.22 kilogramos de tortilla de maíz, y para abril de 2010, con un sueldo vigente de 57.46, únicamente seis kilogramos.

Desde la aplicación del modelo neoliberal los trabajadores mexicanos han dejado de consumir 44.87 kilos de tortilla, debido a que a enero de 1982, con el salario mínimo, se podían comprar 50.91 kilogramos del alimento, indica el CAM.

En entrevistas por separado, el senador del PRI Francisco Arroyo Vieyra, los legisladores del PRD Yeidckol Polevnsky y Graco Ramírez Garrido, y el coordinador de los senadores del PT, Ricardo Monreal, coincidieron en que con la decisión de incrementar el precio se abona en favor del descontento social y aumentará la inflación.

Arroyo Vieyra expresó que “es el segundo regalo guadalupano. El primero fue el gasolinazo. Ello, sin duda, puede provocar malestar e irritación social. El gobierno federal tiene que mediar, para eso cuenta con los mecanismos. El Estado mexicano tiene que entrar y subsidiar la tortilla”.

Monreal consideró: Es muy grave. Todo sube. Aumentos a la gasolina, a los servicios públicos. Nadie es capaz de detener el alza inmoderada a artículos básicos, combustibles y servicios, y ahora al principal alimento de la población, que además desatará la espiral inflacionaria.

Los perredistas Ramírez y Polevnsky comentaron que el gobierno debe entrar a subsidiar. Tiene que llegar a un acuerdo con los industriales y dejar de privilegiar a los grandes monopolios.

PRI, PAN, PRD y PT destacaron que el tema será llevado hoy a la sesión en el Senado.

Diputados priístas y perredistas exigieron al gobierno federal que asuma el control del precio. Recordaron que el Ejecutivo aplicó al inicio de su mandato una medida para evitar el encarecimiento de dicho producto, que formó parte de las denominadas medidas anticíclicas para enfrentar la crisis.

El legislador perredista Mauricio Toledo advirtió que el alza es un golpe más a los raquíticos ingresos familiares, la cual se suma a los incrementos a gasolinas y electricidad, entre otros que ha aplicado el gobierno de Felipe Calderón.

Señaló que en este caso las autoridades federales no pueden permanecer complacientes ante una medida unilateral, la cual no se justifica porque el precio del maíz no ha aumentado y se mantienen los subsidios a los productores.

Por su parte, el diputado Fernando Morales (PRI) enfatizó que si no se detiene el ajuste, es previsible que se dé un nuevo repunte de la inflación, que la administración federal ha señalado se mantiene en los niveles definidos para este año, a pesar de los constantes incrementos a los servicios.

Es increíble que los gobiernos panistas no detengan la carrera de precios y no reaccionen de manera contundente ante el encarecimiento de la canasta básica. Calderón Hinojosa no sólo no ha cumplido ni una de sus ofertas de campaña, como reducir el precio de gasolinas y electricidad, sino permite golpes sucesivos a la economía de las familias de menos ingresos, indicó.

Dirigentes de la disidencia magisterial reprobaron el aumento, con lo cual se demuestra que la inflación real es mucho más alta que la registrada de manera oficiosa por el Banco de México, que va en detrimento de la ya deteriorada calidad de vida de los mexicanos y profundiza la pobreza de millones de personas que se ven imposibilitados de adquirir la canasta básica. Incluso, plantearon la necesidad de un aumento salarial de emergencia.