Moscú, 6 de noviembre. El periodista Oleg Kashin, quien en el diario Kommersant ha firmado graves denuncias contra organizaciones juveniles pro gubernamentales, un gobernador protegido por el premier y la controvertida tala del bosque de Jimki, entre otros temas recientes, recibió anoche una paliza brutal a las puertas de su casa.

Con la mandíbula y una pierna fracturadas, una fuerte conmoción cerebral –no se produjo un daño mayor en el cráneo, como llegó a temerse– y quebrados los dedos de las manos, Kashin fue internado en un hospital.

Operado de urgencia, los médicos decidieron dejarlo en estado de coma inducido durante algunos días, calificando su situación de estable, pero delicada.

Las cámaras de seguridad del edificio donde vive el periodista grabaron el momento de la agresión. En las imágenes se ve a dos sujetos que lo estuvieron esperando en el patio con un gran ramo de flores, en el cual seguramente ocultaron el objeto con que atacaron a Kashin, al parecer un bate de beisbol recortado.

No cabe ninguna duda de que este monstruoso crimen tiene mucho que ver con su actividad profesional, afirmó Mijail Mijalin, director de Kommersant, y explicó que los agresores nada se llevaron, ni su iPad, ni su celular, ni su dinero ni los documentos que tenía. En cambio, agregó, le destrozaron los dedos de las manos.

El presidente Dimitri Medvediev ordenó al Ministerio del Interior y la Procuraduría General investigar y detener a los culpables.

Yuri Chaika, el procurador general, se comprometió a controlar personalmente la investigación de este intento de asesinato.

Kashin, según su esposa, Yelena Milova, no había recibido amenaza. A no ser la bravuconada de Molodaya Gvardiya, movimiento juvenil pro gubernamental, que subió a su página web una fotografía de Kashin cruzada por un sello que decía: Será castigado.

La foto ilustraba Los periodistas traidores deben ser castigados, un artículo en que acusaban al enemigo Kashin de realizar un periodismo semiclandestino de sabotaje para desprestigiar a las autoridades, que colgaron en Internet después de que el reportero publicó una entrevista con un participante al ataque, atribuido a antifascistas y anarquistas, a la sede del ayuntamiento de Jimki.

Molodaya Gvardiya desmintió hoy tener cualquier responsabilidad en la agresión a Kashin. Ahora argumenta que lo suyo es la lucha política civilizada y condena este crimen puro y duro.

Con la tala del bosque de Jimki –un tramo de la autopista de peaje que debe unir esta capital con San Petersburgo, cuya construcción por ahora suspendió Medvediev– están relacionadas varias golpizas: la primera, hace dos años, a Mijail Beketov, director de Jimkimskaya Pravda, y la más reciente, hace dos días, al ecólogo Konstantín Fetisov.

Kashin también tuvo un serio enfrentamiento con el gobernador de la región de Pskov, Andrei Turchak, a quien llamó en su blog gobernante de mierda.

Turchak, de 33 años, es hijo de un empresario de San Petersburgo que se precia de ser amigo de Vladimir Putin, el actual premier, desde los tiempos juveniles en que ambos tomaban clases de judo.