Torreón, 30 de octubre. Con la anotación de último minuto de Omar Arellano, las Chivas prologaron su agonía y tras empatar 1-1 ante Santos Laguna emiten estertores en la recta final del certamen, a la espera de la guillotina con que amenazan los punteros Cruz Azul y Monterrey.

Tras ocho años bajo la tutela de Jorge Vergara, el prometido nuevo campeonísimo se ve lejano y, por el contrario, Guadalajara está a punto de convertirse en uno de los primeros eliminados del torneo Apertura 2010.

Por Santos marcó el ecuatoriano Christian Benítez, al minuto 87, mientras Arellano emparejó, al 89. Los de La Comarca llegaron a 26 puntos tras 15 jornadas, mientras los rojiblancos suman apenas 18, ambos en el grupo uno.

El primer tiempo fue de pobre nivel. Las Chivas buscaron atacar con pocos hombres para no descuidar la retaguardia y quedar expuestas a los embates de los Guerreros; sus escasos avances tuvieron como sello los remates sin tino de Arellano.

Los anfitriones tampoco mostraron gran cosa en la primera mitad y por lapsos se contentaron con tener la pelota. Al minuto 23, Juan Pablo Rodríguez cobró una falta hacia el centro del área, donde Benítez cabeceó, pero su remate se fue por encima.

El segundo tiempo tuvo otra intensidad. Alberto Medina tocó la puerta defendida por Oswaldo Sánchez con un tiro cercano. Parecía que por fin el Guadalajara había cobrado conciencia de su riesgosa situación, al borde de la eliminación.

Después de un centro de Quintero hacia segundo poste, donde nadie esperaba, el timonel Rubén Omar Romano decidió enviar a la cancha al argentino Daniel Ludueña, pero los rojiblancos mostraron que pese a su desangelada campaña son de los menos goleados y se defendieron bien.

José Luis Real ingresó al delantero Jesús Sánchez en sustitución del mediocampista Xavi Báez. Los tapatíos adelantaron líneas y se adueñaron de la pelota, por lo que Romano hizo indicaciones a sus dirigidos y luego optó por ingresar a Oribe Peralta en lugar del apagado Quintero.

El Venado Medina buscó con un centro muy elevado al goleador Marco Fabián, quien no pudo conectar. Patricio Araujo practicó su disparo de media distancia, pero su envío pasó lejos.

Santos respondió con un intento de fuga de Benítez, en el que Mario de Luna tuvo que recurrir a un jalón descarado y cargar con la consecuente amonestación.

El ecuatoriano despertó el festejo en las tribunas cuando Peralta, ubicado frente al poste derecho, le dio un pase y con la cabeza picó su remate para vencer a Luis Michel. Pero la algarabía se apagó al instante, cuando Arellano recibió un balón con todas las ventajas y sorprendió a Oswaldo con tiro a su derecha.