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Se realiza expoventa en el Museo Nacional de Culturas Populares

Intermediarismo, principal problema de las artesanas de rebozos del país
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La venta concluye hoy y la exposición permanecerá hasta el 10 de octubre

Foto Carlos Cisneros
 
Periódico La Jornada
Domingo 12 de septiembre de 2010, p. 6

Orgullo de ser artesana de rebozos de seda es uno de los sentimientos más importantes de la tejedora Reyna Martínez Cayetano, quien advierte que el principal problema que enfrentan es el intermediarismo, por lo que demanda la creación de mercados para la venta directa, fuera de las comunidades, en las ciudades, y manejados por ellas mismas.

Proveniente del poblado oaxaqueño de San Pedro Cajonos, Reyna participa, junto con otras compañeras de 24 grupos, organizaciones o talleres familiares de 11 estados, en la expoventa Tápame con tu rebozo, inaugurada el jueves pasado en el Museo Nacional de Culturas Populares.

La venta se realiza en la Quinta Margarita y concluirá hoy. Mientras la exposición, que permanecerá en la sala Cristina Payán hasta el 10 de octubre, está integrada por piezas seleccionadas de concursos nacionales contemporáneos, pero creados con técnicas tradicionales.

La venta es también en sí misma una exhibición y alarde de diversidad: diseños, colores, tamaños y texturas. Las técnicas de creación son de telar de cintura, de pedal, brocados, bordados y tintes naturales. Los materiales, seda, lana, algodón o artisela.

Por los pasillos formados por los puestos de las artesanas pueden verse, colgados en varias hileras, rebozos provenientes de zonas productoras de gran tradición. Están, por ejemplo, los de Tenancingo, estado de México, hechos con telares de pedal y cintura y en los que destacan el trabajo de las puntas o rapacejo.

También, los de Uriangato, Guanajuato, donde son los varones quienes los trabajan, pero ya hay muy pocos de ellos, además de que ya es difícil conseguir hilos de calibres delgados, o Santa María del Río, San Luis Potosí, con rebozos también de seda, combinada con artisela, y famoso porque hay una Escuela del Rebozo.

Reyna Martínez Cayetano, cuya comunidad se ubica en la sierra norte de Oaxaca, cuenta que ahí se hacen rebozos, huipiles, blusas, bufandas y joyería con seda, además de otras manualidades, como alebrijes. Dice que las técnicas para los rebozos son ancestrales, que las aprendió de su madre y que incluyen la crianza de gusanos, el hilado con máquina de pedal o con malacate, el tejido en telar de cintura y el teñido con tintes naturales.

Por lo general, las artesanas de San Pedro Cajonos venden en las tiendas de artesanías, las que a su vez revenden los productos. Por ejemplo, un rebozo que ellas venden en 4 mil pesos, se revende en unos 6 mil.

Los gusanos de seda se crían durante mes y medio en estantes o charolas, y debe cuidarse que no se los coman hormigas, pájaros o arañas. A los gusanos se les da de comer tres o cuatro veces al día hojas del árbol de mora, que también siembran en la comunidad.

El gusano pega en hojas de encino su capullo de seda, del que desenredan el hilo. Tras una semana sale del capullo una mariposa, la cual pone huevecillos, de los que nacerán nuevos gusanos. Tras poner los huevecillos la mariposa muere.

Tras el hilado, viene el tejido, al que se le hace el flequillo o rapacejo mediante nudos con figuras. Queda un rebozo de tono blanco, que luego se pinta con colores naturales, de corteza de árboles o flores, sin dibujos. Entre el hilado, el tejido, el rapacejo y el teñido, se llevan más o menos un mes de trabajo por rebozo.

La expoventa se ha realizado en cuatro ocasiones desde 2003, y la reunión de artesanas también puede observarse como experiencia intercultural. Reyna incluso compró un rebozo tejido con artisela (hilo sintético) a compañeras de Guanajuato.

No hay rebozos como los de nosotras en otro lugar. Los de China o de Santa María del Río, en San Luis Potosí, también son de seda, pero diferentes a los nuestros, agrega Reyna Martínez.

El rebozo es una prenda de vestir característica de México, así como la pashmina de la India o los mantones de Manila o de España. Aunque hay especialistas que afirman que, pese a no ser tan conocido en el mundo como las prendas mencionadas, el rebozo llega a tener mayor complejidad y calidad en su elaboración.

Irene Gómez Saldaña, responsable del área de capacitación en la coordinación del Programa de Arte Popular, de la Dirección General de Culturas Populares, comenta que el rebozo es una prenda de vestir extraordinaria y versátil, que sirve como adorno, para cubrirse la cabeza y la espalda contra el sol o el frío, o cargar un bebé u objetos.

Coincide en que uno de los principales problemas de las artesanas de rebozos es el intermediarismo y la necesidad de espacios propios de venta. Pero también menciona la falta de interés y de conocimiento de la sociedad que, por ejemplo, cuestiona el precio de algunos rebozos sin darse cuenta de su alto valor artesanal y la gran cantidad de trabajo invertido en ellos.