Madrid, 24 de agosto. Una fosa común de 30 metros de largo por dos de ancho con los cadáveres de entre 60 y 80 personas fusiladas por el ejército fascista durante la guerra civil fue encontrada en un páramo del monte La Pedraja, en la provincia de Burgos. Es una de las muchas de fosas comunes que heredó aquella guerra (1936-1939), descubierta 75 años más tarde.

En apenas unos días de trabajo forense, el experto Francisco Etxeberria (quien lleva exhumadas víctimas en más de 200 fosas comunes) anunció la localización de la tumba donde fueron sepultados milicianos y civiles republicanos.

Calculan que en la fosa puede haber entre 60 y 80 personas, y se cree que en las inmediaciones hay al menos tres o cuatro fosas similares, con lo que se probaría la versión que han mantenido a lo largo de los años los habitantes de la zona y los ex combatientes que sobrevivieron al franquismo, según la cual en ese monte, muy próximo al País Vasco, fueron ejecutadas y enterradas más de 300 personas.

Los primeros hallazgos muestran que los huesos están en mejor estado de lo que esperábamos, según el representante legal de familiares de las víctimas, Miguel Ángel Martínez, quien añadió que incluso se han encontrado algunos vestidos, con la ropa en un estado de conservación relativamente bueno.

En otra exhumación en Córdoba, Andalucía, se está arrojando luz sobre uno de los primeros actos represivos del los franquistas, a pesar de que un juez, en su momento, archivó la causa por considerar que no procedía investigar la zona para hallar la fosa común.

En las últimas semanas se han localizado en el lugar los restos de 53 personas, con evidencia de asesinato, entre ellas seis mujeres y un niño de tres años, víctima de un bombardeo.

Tenemos datos y testimonios para pensar que en una de esas fosas, cada una de las cuales tiene unos 200 cuerpos, pudieron echar a decenas de asesinados más, explicó Rafael Espino, de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica.