Moscú, 24 de agosto. Sulim Yamadayev, antiguo aliado y después principal adversario político de Ramzan Kadyrov, el gobernante de Chechenia que es protegido por el Kremlin, recibió sepultura este martes en Dubai, emirato del golfo Pérsico donde sufrió un atentado en marzo de 2009.

La víspera, tras permanecer en coma durante un año y cinco meses, fue desconectado del equipo de respiración artificial por decisión de su familia, informó Isa Yamadayev, hermano de Sulim.

La policía de Dubai logró esclarecer el asesinato y consignó al autor material y a varios de sus cómplices, los cuales ya fueron condenados. Tampoco tiene duda de quién encargó matar a Yamadayev y, mediante la Interpol, giró orden de búsqueda y captura contra Adam Delimjanov como autor intelectual, quien durante años fue jefe de seguridad de Kadyrov.

Delimjanov, desde 2007, goza de fuero parlamentario en Rusia en calidad de diputado de la Duma (Parlamento) por el partido oficialista Rusia Unida.

La confirmación oficial de la muerte de Sulim Yamadayev estuvo precedida de un hecho inexplicable, al menos desde una lógica ajena a los entendimientos y equilibrios propios de una sociedad tribal, como es la chechena.

Después de acusar, una y otra vez, al entorno más cercano de Kadyrov de los asesinatos de Sulim y de Ruslan, otro hermano suyo ultimado a balazos en pleno centro de Moscú en octubre de 2008, así como de un frustrado atentado en su contra, Isa –actual líder del clan Yamadayev– juró públicamente lealtad al gobernante de Chechenia.

La reconciliación entre Ramzan Kadyrov e Isa Yamadayev, que parecía impensable, se produjo el pasado fin de semana, al reunirse en la ciudad de Gudermés, feudo de ambos clanes, a instancias del consejo de ancianos de la tribu a que pertenecen.

No trascendieron las condiciones de cada una de las partes para sellar el acuerdo, pero es de suponer que se trata solamente de una tregua, pues no parece creíble que el clan Yamadayev de repente haya concluido que Kadyrov nada tuvo que ver con las muertes de Sulim y Ruslan, ni que éste haya podido comprar a Isa.

Dado que los dos clanes optaron por subordinarse a Moscú al comienzo de la segunda guerra ruso-chechena a finales de 2000, la reconciliación es una buena noticia para el Kremlin en términos de imagen, pero va a tener poca incidencia en la situación en el Cáucaso del Norte.

El factor de mayor desestabilización en la región continúa siendo la alianza de los separatistas chechenos y los grupos islamitas radicales, que cobran presencia tanto en Chechenia como en las repúblicas colindantes.