Johannesburgo, 12 de julio. El presidente de la Federación Internacional de Futbol Asociado (FIFA), Joseph Blatter, calificó con un nueve el Mundial de Sudáfrica, y admitió que se sintió decepcionado por el comportamiento de los jugadores en la final del domingo, entre el nuevo campeón España y Holanda.

La final no fue exactamente lo que la FIFA y yo esperábamos en relación con el juego limpio, dijo el directivo.

El trío de árbitros tenía una dura prueba en la cancha y puedo decir que no tuvieron ayuda al respecto, agregó.

Blatter declinó comentar las criticada actuación del árbitro inglés Howard Webb, pero reiteró su opinión de que la polémica es una de las atracciones del juego.

Webb mostró 14 tarjetas amarillas en un partido plagado de faltas –un récord para una final– y expulsó al defensor holandés John Heitinga en el alargue.

Este es el aspecto humano del balompié. Si nuestro juego fuera perfecto, si fuera científico, si fuera controlado sólo por la tecnología, por la ciencia, no habría más discusiones, dijo.

Esto es futbol. Tenemos que vivir con los errores, los errores de los jugadores y los errores de los árbitros. No creo que exista la perfección, añadió.

Y tras haberse disculpado públicamente con Inglaterra y México por los yerros arbitrales que los afectaron en el Mundial, Blatter eludió hoy hacer lo mismo con Irlanda, porque la mano de Thierry Henry sucedió en un partido preliminar de la clasificación para la Copa del Mundo 2010, y esto es reabrir discusiones.

También negó que haya sido abucheado por la multitud en el estadio Soccer City cuando ingresó a la cancha antes del partido de la final. “Lo único de lo que me di cuenta fue de que había menos vuvuzelas. No sé de eso. En este país y en todos lados donde he estado siempre fui recibido como un amigo, como un africano”.

Por cierto, dijo que el Mundial merece nueve puntos de 10, y felicitó a Sudáfrica, a su gente, al gobierno, por todas las garantías que dio y cumplió para organizar esta Copa del Mundo.

El presidente de la FIFA se detuvo en un extenso homenaje a la figura de Nelson Mandela, líder en la lucha contra el apartheid. Él trajo la copa a Sudáfrica. No pudo estar en la ceremonia inaugural por la muerte de su bisnieta, pero quiso estar en la de clausura y ver que su sueño se había hecho realidad, dijo.

En Holanda, en tanto, encontraron un culpable de la derrota: el árbitro Webb, aunque Johan Cruyff criticó el juego muy sucio de su selección.