La cinta es un western basado en un argumento de Ricardo Garibay
Miércoles 2 de junio de 2010, p. 9
Le llaman El ogro por enojón y por ser un cineasta muy estricto, pero eso no le interesa. Lo único que me importa es hacer una película, y tampoco creo que nadie me guarde rencor
, afirmó el realizador mexicano Felipe Cazals.
A Cazals, que ha dirigido clásicos del cine mexicano como Canoa o Las poquianchis, también lo reconocen como El maestro y uno de los pocos que todavía se dan el lujo de filmar en su propio país, a la altura de un Arturo Ripstein (Principio y fin) o de un Jorge Fons (Rojo amanecer).
Sabe que el cine es un oficio en el que es muy fácil fracasar: Yo fracasé y muchas veces
, señaló en entrevista. Se despidió públicamente en 1994, poco después del fracaso en taquilla y en la crítica de la película Kino, pero regresó: Nunca terminé de declinar
.
Su nueva cinta Chicogrande es un “western villista”, basado en un argumento original del fallecido escritor Ricardo Garibay.
La historia parte de la llamada expedición punitiva
emprendida por el ejército de Estados Unidos contra Doroteo Arango, mejor conocido como Francisco Villa, después de que éste atacó la guarnición militar del pueblo estadunidense de Columbus, Nuevo México, el 9 de marzo de 1916.
La expedición punitiva, con el general John Joseph Pershing al frente de 10 mil soldados, penetró 600 kilómetros en territorio mexicano para intentar detener a Villa, pero fracasó.
En la película, que se estrenó el pasado viernes, Pancho Villa no es el personaje central, sino lo son los villistas, la soldadesca, el pueblo mismo, señaló Felipe Cazals.
Villa es un personaje tangencial. Mi película habla del villismo, de la lealtad al villismo
, comenta el cineasta.
Tampoco ofrece una versión oficial de la Revolución Mexicana (1910-1917) porque, según señala, la verdad oficial, la verdad histórica, como sociedad ya no estamos para eso. La verdad absoluta no existe, existen las aproximaciones
.
Cazals se basa en un personaje imaginario, interpretado por el actor Damián Alcázar, llamado Chicogrande, en quien se apoya para destacar la proeza de “toda esa gente que dio su vida por Villa.
Villa fue un perdedor. Lo que pasa es que luego nació el mito, pero desde 1916 la vida de Villa fue un constante declinar
, aseguró el director.
Chicogrande se estrenó en más de 100 salas, cantidad de pantallas nunca vista para una película de Cazals, acostumbrado a que se exhiban en menos de 10 y muchas veces a ni siquiera poder estrenar.
Ése fue el caso de La vuelta de El citrillo, que tuvo que ser distribuida por el actor protagónico, José María Yazpik, y en la cual todos perdieron dinero: director, productor y actores.