¡Silencio!
Mano nerviosa y palpitante el seno,
las nieblas en mis ojos condensadas,
con un mundo de duda en los sentidos
y un mundo de tormento en las entrañas,
sintiendo cómo luchan
en sin igual batalla
inmortales deseos que atormentan
y rencores que matan,
mojo en la propia sangre dura pluma
rompiendo vena hinchada,
y escribo..., escribo..., ¿para qué! ¡Volveos
a lo hondo del alma,
tempestuosas imágenes!
¡Id a morar con los muertos recuerdos!
¡Que la mano temblando sólo escriba
palabras, y palabras, y palabras!
¿La idea de forma inmaculada y pura
dónde quedó velada? |
Cuando pienso que te fuiste...
Cuando pienso que te fuiste,
negra sombra que me asombras,
al pie de mi cabecera
vuelves haciéndome mofa.
Cuando te imagino ida
hasta en el sol te me asomas,
y eres la estrella que brilla,
y el viento eres que rezonga.
Si cantan, tú eres quien canta:
si lloran, tú eres quien llora;
y eres murmullo del río,
y eres la noche, y la aurora.
En todo estás y eres todo,
para mí y en mí tú moras,
ni me abandonarás nunca,
sombra que siempre me asombras. |