Quiero saber si saldré igual que todas las mañanas.
Si bajaré la escalera de mi casa y caminaré por la acera
con el sabor del café negro en la boca,
con la amargura dulce del cigarrillo en los labios,
pensando ya en lo que no haré,
pensando ya en lo que dejaré para mañana.
A cada momento la espero.
Busco reconocerla,
encontrarla por fin con todas las fuerzas de mi vida,
saber cómo es.
Hoy no me aflige la tardanza.
La ciudad es así: se demora y apresura.
¿Es aquella que acaba de pasar?
¿Es ésta?
Mejor descansaré, sí.
Permaneceré acostado todo el día,
esperando,
porque siento que desde hoy le soy infiel,
siento que estoy a punto de engañarla. |