Ante la ofensiva de los sectores más conservadores de la sociedad, es necesario reivindicar el carácter laico del Estado mexicano y no permitir ninguna regresión, aseveró Patricia Galeana, secretaria técnica de la comisión especial del Senado para los festejos del bicentenario de la Independencia y el centenario de la Revolución.

Agregó que la laicidad permite interactuar a todos, sin que priven intereses morales o religiosos de un solo grupo.

Dicha comisión llevará a cabo hoy el foro Laicidad y democracia, en el que especialistas discutirán sobre la importancia de la división Iglesia-Estado en la vida política del país.

El foro se realizará a las 10 de la mañana en el patio principal del Senado (Xicoténcatl 9, Centro Histórico). Participarán Carlos Monsiváis, Rosaura Ruiz, Rodolfo Echeverría, Enrique González Pedrero, Beatriz Pagés, José Woldenberg y Ruperto Patiño.

Este encuentro se celebrará también en el contexto del 150 aniversario de la libertad de pensamiento en México, momento propicio para reflexionar cómo ha evolucionado el respeto a los derechos de todos los ciudadanos, explicó Galeana en entrevista.

Lamentablemente, este carácter laico se ha visto vulnerado por diferentes acciones, a tal punto que se hizo necesario elevarlo a rango constitucional.

Aunque el espíritu laico del Estado mexicano ha estado presente desde las leyes de Reforma y la Constitución de 1917, el embate de los grupos religiosos más conservadores ha hecho necesario dejarlo todavía más claro con modificaciones legales, recalcó.

Es sorprendente, por ejemplo, que se hayan autorizado los servicios religiosos en los hospitales públicos, con lo cual ciertamente no hay laicidad, o que se haya penalizado la capacidad de las mujeres a decidir sobre su cuerpo, en el asunto del aborto, en 18 estados de la República.

Estos temas y otros, como el matrimonio entre homosexuales y su derecho a adoptar, son muestra de que no se avanza con tanta facilidad hacia el pleno respeto de los derechos humanos.

Esperemos que con la reforma al artículo 40 las autoridades federales y también las eclesiásticas asuman por fin la laicidad del Estado, porque de otra forma se estaría llevando a la sociedad a la confrontación.