Jerusalén, 16 de febrero. El escándalo sobre los presuntos abusos sexuales de un rabino conmociona hoy a la opinión pública de Israel.

Rabinos de un movimiento sionista religioso israelí aseguraron que denunciaron este caso hace cuatro años, sin lograr que la fiscalía del Estado abriera una investigación.

Pasado el tiempo, la imagen de Mordejai Elon, uno de sus más carismáticos líderes, vuelve a las pantallas y los periódicos locales con un inquietante pie de foto: peligro público.

Líderes religiosos judíos y expertos legales de todo Israel se daban cita hoy en un foro cuya convocatoria habla por sí misma de una realidad que se extiende por este sector social: cómo prevenir el acoso sexual entre los líderes religiosos judíos y cómo evitar que se repitan casos como el de “Motti Elon”.

Cuando empezaron a crecer las sospechas de que este rabino –apreciado por fieles y otros líderes espirituales– acosaba sexualmente a miembros de la comunidad religiosa, fue obligado a abandonar su labor de educador y de rabino, se le prohibió mantener sesiones personales de consejos espirituales y tuvo que abandonar Jerusalén.

Consciente del daño que podría causar, la comunidad religiosa, mantuvo el nombre de Motti en el anonimato, con el ánimo de preservar su dignidad, aunque denunció el caso ante la fiscalía del Estado sin lograr que se abriera una investigación, afirmó el foro en un comunicado.

El porqué de cuatro años de silencio y su publicación ahora no tiene más respuesta que la defensa de los valores santos y morales, decía el foro, que conscientemente tocó las alarmas tras conocer que en la localidad de Moshava Migdal –donde vive ahora–, Mordejai Elon seguía adelante con actividades que se le habían prohibido.

Hemos tenido que publicar la historia para proteger al público y prevenir transgresiones, afirma el foro en un comunicado.

Pocas horas después, Yediot Ahronot recibía un testimonio que justificaba el bochorno de la comunidad religiosa judía: un joven de 29 años –que no quiso revelar su identidad– contaba su experiencia con el hombre sabio, a quien acudió a pedir consejo hace 10 años.

Confundido sobre su identidad sexual, el joven acudió a Motti, y obtuvo de él atención y apoyo, así como consejos que acababan en abrazos y tocamientos en todo el cuerpo, relató el joven al diario israelí. La situación llegó más lejos en sesiones posteriores, en las que sus relaciones íntimas eran calificadas por el rabino de tratamiento para salvar al joven de sus deseos sexuales.

No pensaba que era algo malo porque creía en la palabra del hombre sabio y porque contaba con la admiración de quienes le conocíamos, terminaba su testimonio. Mordejai Elon ha negado todas las acusaciones atribuyéndolas a un estudiante con enfermedades mentales serias.

Mientras tanto, la fiscalía del Estado se defiende alegando que no abrió una investigación del caso cuatro años atrás por la negativa de los líderes religiosos a identificar al sospechoso.