La decisión gubernamental de elevar el precio de los combustibles comenzó a minar el poder adquisitivo de la población. En enero la inflación fue de 1.09 por ciento, la más alta para un periodo similar en una década, informó el Banco de México (BdeM).

El principal impulsor de los precios fue el alza en combustibles y en transportes públicos, ambos relacionados con el costo de gasolina, electricidad y diesel. El impulso principal de la inflación vino de los precios administrados y concertados, que son los que fija el gobierno, explicó Arturo Vieyra, analista de Banamex.

En enero la inflación de algunos productos alimenticios, como frutas y verduras, prácticamente quintuplicó el promedio general, hecho que reflejó tanto el incremento en el costo de los combustibles como un fenómeno recurrente en cada comienzo de año de repunte en el precio de estos productos.

El incremento de impuestos, precios y tarifas públicas tiene un impacto sobre los precios al consumidor desde inicios del año, no solamente por el efecto directo de los impuestos, sino incluso por la realineación de otros precios en la economía, comentó Alfredo Coutiño, director para América Latina de Moody’sEconomy.com, subsidiaria de Moody’s Corporation.

Con el dato de enero, la inflación de los últimos 12 meses se situó en 4.46 por ciento, mientras en diciembre había sido de 3.57 por ciento, informó el banco central. El organismo espera que este año el repunte del Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC), indicador que mide la inflación, sea de entre 4.75 y 5.25 por ciento. En 2009 fue de 3.57 por ciento.

Mientras en enero la inflación general fue de 1.09 por ciento, la particular de frutas y verduras alcanzó 5.17 por ciento en el mes, en tanto la del conjunto de productos agropecuarios fue de 2.54 por ciento, informó el Banco de México.

El incremento en el precio de los combustibles y la energía eléctrica también afecta el costo de otros productos que utilizan los energéticos como insumos básicos en su producción, explicó Coutiño. Adicionalmente, otros precios privados también se han ajustado al alza en anticipación a la mayor inflación esperada para el año, abundó.

Después de finalizar el año pasado en su nivel mínimo estructural, la inflación ha empezado a repuntar este año, incluso por encima del límite superior del rango objetivo. Sin embargo, un factor positivo es que el alza inflacionaria no tiene raíces monetarias sino fiscales, lo cual hace que el repunte sea un evento transitorio, opinó.

El precio de productos no agropecuarios, que el banco central clasifica como inflación subyacente –y que no considera productos con precios volátiles, como las frutas y verduras– aumentó en enero a una tasa anual de 4.76 por ciento, 0.30 puntos más que en diciembre.

Muy probablemente, explicó Arturo Vieyra, de Banamex, los ajustes en esos precios fueron impulsados por los aumentos al IVA y a los impuestos especiales sobre producción y servicios, aprobados por la mayoría en el Congreso a propuesta del Ejecutivo.

De acuerdo con el comunicado del banco central, en el caso de la inflación subyacente el mayor crecimiento estuvo influido por incrementes en los precios de algunos genéricos como cerveza, automóviles, leches pasteurizadas y fresca, refrescos envasados y cigarrillos.

Particularmente en cigarrillos y refrescos, indicó, los recientes aumentos en los precios al consumidor parecen ser adjudicables propiamente al incremento en los impuestos.

Sobre la llamada inflación no subyacente, que considera los precios más volátiles y los que fija el gobierno en combustibles o las tarifas de transporte, el banco central mencionó que en enero destacaron los incrementos en autobús urbano, servicio telefónico local, gasolina de bajo octanaje, el Metro y transporte eléctrico. En el caso del transporte urbano, añadió, se observaron aumentos en un mayor número de ciudades y en un monto que excede a la experiencia histórica.